El buque de la Marina ucraniana Donbass no entró en aguas restringidas en el estrecho de Kerch, y las acusaciones de que era una amenaza para la seguridad de la navegación son «falsas», dijo la Operación de Fuerzas Conjuntas de Ucrania el jueves por la noche.
La declaración se produjo después de que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia acusó al barco de dirigirse en dirección al Canal Kerch-Yenikalsky, controlado por Rusia, que divide el Mar Negro del Mar de Azov. De acuerdo con la ley, se debe obtener permiso para cualquier barco que use el pasaje.
El barco de Ucrania finalmente dio la vuelta y se dirigió de regreso a su base en la ciudad portuaria de Mariupol sin pasar por las aguas del Estrecho de Kerch.
«Con respecto a las declaraciones falsas del FSB … el servicio de prensa de JFO informa que el buque naval ucraniano ‘Donbass’ no entró en áreas sensibles», informó la agencia gubernamental con sede en Kiev, señalando que permaneció dentro de las aguas territoriales del país.
El estrecho de Kerch quedó bajo el control de Moscú en 2014, cuando Crimea fue absorbida nuevamente por Rusia, luego de un referéndum. La votación tuvo lugar un mes después de los acontecimientos del Maidan, cuando violentas protestas callejeras derrocaron al gobierno democráticamente elegido de Kiev. Ucrania considera que el referéndum es ilegítimo y considera que la península está ocupada ilegalmente por Moscú.
Antes de 2014, Rusia y Ucrania trataban el estrecho como aguas internas compartidas, pero ahora está bajo el control total de Moscú.
El barco en el centro del incidente del jueves fue el Donbass, un antiguo buque auxiliar soviético que luego fue convertido por la Armada de Ucrania en un barco de mando. En 2014, fue capturado por Rusia, cuando varias fuerzas ucranianas estacionadas en Crimea desertaron a Moscú. Más tarde fue devuelto.
El viaje del barco hacia el estrecho de Kerch se produjo en un momento de intensas tensiones entre Rusia y Ucrania. Los funcionarios occidentales y los medios de comunicación han acusado a Moscú de acumular tropas en su frontera, lo que sugiere que el Kremlin busca lanzar una invasión a su vecino. Rusia ha negado repetidamente estas acusaciones.