Durante las últimas semanas, varios países occidentales han expresado su preocupación de que Rusia pueda estar planeando una ofensiva contra Ucrania en medio de informes de los medios sin fundamento de que Moscú está reuniendo tropas cerca de sus fronteras. El Kremlin rechazó las acusaciones como una campaña de noticias falsas contra Rusia.
Las acusaciones dirigidas a Rusia con respecto a una posible agresión contra Ucrania podrían servir como una cortina de humo para ocultar los planes de Kiev para resolver el problema de las autoproclamadas Repúblicas Populares en el este del país por la fuerza, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Hizo hincapié en que Rusia es un «país absolutamente pacífico» interesado en las buenas relaciones con sus vecinos y no planea ninguna agresión contra nadie.
«Las declaraciones de que Rusia va a atacar a alguien, así como los reproches a Rusia de que de alguna manera se está comportando de manera agresiva, son absolutamente infundadas e incorrectas en su esencia».
El portavoz del Kremlin arremetió contra los medios de comunicación occidentales y ucranianos por provocar la histeria por los supuestos planes de agresión de Rusia contra Kiev. Peskov calificó sus acciones como absolutamente inaceptables.
Rusia ha condenado repetidamente el incumplimiento de Kiev de sus obligaciones en virtud de los acuerdos de Minsk, diseñados para lograr la paz en el este de Ucrania. Moscú expresó su preocupación en múltiples ocasiones de que las autoridades ucranianas se estén preparando para resolver militarmente el conflicto interno. Rusia incluso pidió a los aliados occidentales de Kiev que dejen de suministrarle nuevas armas, diciendo que estas últimas solo lo motivan a recurrir a la violencia para resolver el conflicto.
Durante las últimas semanas, varios medios de comunicación estadounidenses han informado de una importante acumulación militar a lo largo de la frontera de Rusia con Ucrania. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo más tarde que Washington estaba preocupado por la posibilidad de una agresión rusa contra Ucrania. Moscú, a su vez, rechazó todas las acusaciones e insistió en que los movimientos de las fuerzas armadas de la nación dentro de las fronteras del país no preocupaban a nadie.