Irán y sus archienemigos, Estados Unidos e Israel, se han acusado mutuamente de ataques cibernéticos desde 2010, cuando el programa nuclear de la República Islámica se vio afectado por el virus informático Stuxnet.
El New York Times (NYT) ha citado a dos funcionarios de defensa estadounidenses no identificados diciendo que fue Israel quien llevó a cabo un ataque cibernético contra el sistema de combustible nacional de Irán en octubre.
Las fuentes recordaron que el ataque fue seguido por la violación de un sitio israelí de citas LGBTQ en una intrusión que Tel Aviv atribuyó a Teherán.
El NYT señaló que durante la prolongada guerra cibernética «encubierta» entre Israel e Irán, «los objetivos generalmente han estado relacionados con el ejército o el gobierno», pero que «ahora, la guerra cibernética se ha ampliado para atacar a civiles a gran escala».
Las afirmaciones siguen a un general iraní del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica que sugirió a fines del mes pasado que Washington y Tel Aviv podrían haber estado detrás del ataque cibernético del 26 de octubre que interrumpió la distribución de combustible en las estaciones de servicio en toda la República Islámica.
Gholamreza Jalali argumentó que el ataque «técnicamente» se asemeja a dos incidentes anteriores cuyos perpetradores «eran incuestionablemente nuestros enemigos, a saber, Estados Unidos y el régimen sionista».
«Hemos analizado dos incidentes, el accidente ferroviario y el accidente del puerto de Shahid Rajaei, y encontramos que eran similares», dijo Jalali.
En julio, el Ministerio de Transporte iraní dijo que una «interrupción cibernética» había afectado sus sistemas informáticos y su sitio web, mientras que en mayo de 2020, The Washington Post informó que Israel había llevado a cabo un ciberataque en el puerto iraní de Shahid Rajaei en el Estrecho de Ormuz, una ruta estratégica para los envíos mundiales de petróleo.
En cuanto al ataque del 26 de octubre, el presidente Ebrahim Raisi acusó a los autores de la intrusión de intentar poner a los iraníes en contra del liderazgo de la República Islámica.
Esto se produjo después de los acontecimientos de 2010, cuando el virus Stuxnet, que se cree que fue diseñado por Israel y Estados Unidos, penetró en el programa nuclear de Irán y provocó una serie de averías en las centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio.
Israel ha prometido repetidamente hacer todo lo posible para evitar que Irán obtenga un arma nuclear, mientras que Teherán insiste en que su programa nuclear es solo para fines pacíficos.
Las dos naciones no tienen relaciones diplomáticas, ya que Irán se niega a reconocer el derecho de Israel a existir y amenaza con borrar al estado judío del mapa.