Venezuela vive hoy un momento definitorio tras la realización esta semana de las elecciones regionales y municipales donde el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se alzó con la mayoría de los cargos.
Luego de ese triunfo nuevos retos deberán enfrentar las fuerzas revolucionarias, entre ellos mantener la unidad alcanzada durante el proceso, cumplir los programas de gobiernos presentados a sus votantes durante la campaña e intentar sacar adelante el país afectado por el bloqueo de Estados Unidos y sus aliados.
En medio del contundente triunfo del partido gobernante, el presidente Nicolás Maduro, por su parte, dejó bien claro las rutas a seguir y ratificó el diálogo como una prioridad, mientras convocó a todos a sumarse para trabajar unidos por la nación.
En unos comicios calificados como una victoria electoral y política, los socialistas lograron obtener el control de la mayoría de las gobernaciones, alcaldias, así como una mayor cantidad de puestos en los concejos y legislaciones, superando todos los pronósticos.
Mientras, la víspera se realizaron los comicios en los pueblos originarios de acuerdo a sus costumbres ancestrales en ocho de los estados donde se encuentran esas comunidades.
Más de cuatro mil voceros en representación de los pueblos indígenas acudieron a los 74 colegios para elegir a sus representantes a los Consejos Legislativos Estadales y Concejos Municipales, de acuerdo a lo estipulado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Un total de ocho legisladores y 69 concejales, los cuales representarán a los estados Amazonas (siete), Anzoátegui (12), Apure (siete), Bolívar (ocho), Delta Amacuro (cuatro), Monagas (ocho), Sucre (tres) y Zulia (20).
Cerca de 300 veedores internacionales de 55 países, las misiones de observadores de Naciones Unidas, la Unión Europea y el nortemericano Centro Carter, acompañaron el proceso, el cual se desarrollo con normalidad y sólo un hecho aislado se reportó en el estado de Zulia, cuyos responsables fueron detenidos.
Para la mayoría de los veedores y acompañantes, las elecciones fueron transparentes y democráticas, destacando sobretodo la participación de electores y candidatos de todas las tendencias políticas en el proceso.
Pero, tal como habían advertido algunos dirigentes bolivarianos y analistas políticos, el resumen preliminar de la UE, estuvo cargado de incidencias y señalamientos contra las fuerzas socialistas, no así con la oposición.
Tras anunciarse los resultados algunos alcaldes opositores y sus seguidores desataron acciones violentas en algunos estados donde llegaron a atacar las emisoras comunitarias y agredir a comunicadores, lo cual está siendo investigado por el Minisiterio Público.
Además de los veedores, líderes de varias naciones calificaron de exitoso el proceso y exigieron respeto a Estados Unidos, España, Colombia y algunas otras naciones que se pronunciaron por desconocer o criticar los sufragios, con acusaciones contra el jefe de Estado y la Revolución bolivariana.