La organización no gubernamental Temblores presentará hoy el informe Tiros a la vista, mediante el cual dará detalles sobre los traumas oculares ocasionados por policías a manifestantes en el contexto del paro nacional en Colombia.
El pasado 28 de abril comenzó una ola de movilizaciones contra el gobierno de Iván Duque, considerada el mayor estallido social de los últimos 70 años en este país.
Las manifestaciones, que contemplaban un amplio pliego de demandas entre las cuales sobresalieron cumplimiento del Acuerdo de Paz, matrícula cero para los estudiantes universitarios, retiro de la reforma tributaria propuesta por el gobierno, entre otras, se extendieron durante unos tres meses por todo el país.
Ante tal panorama, la administración de Iván Duque autorizó un fuerte despliegue policial y militar, para contrarrestar las manifestaciones que, por lo general eran reprimidas cada noche por los uniformados, en especial por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
A este cuerpo élite de la policía, se le atribuye buena cantidad de violaciones a los derechos humanos en el contexto del paro, tales como abusos sexuales, torturas, asesinatos, intimidación, traumas oculares, entre otros.
La cifra de personas con mutilaciones oculares se convirtió en uno de los marcadores de la violencia policial en el paro, que a través de la plataforma Grita!, Temblores denunció más de 100 casos, el 50 por ciento de ellos perpetrados en esta capital.
El informe será presentado en conjunto con otras organizaciones defensoras de los derechos humanos como el Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social de la Universidad de Los Andes (Paiis).
Este documento, explicó la directora del Paiis, Juliana Bustamante, a una emisora local, revelará un presunto uso deliberado de las armas del Esmad contra los protestantes durante las jornadas del paro nacional.
Este tipo de ataques a los ojos se puede entender como una práctica importada desde Chile, donde en las multitudinarias manifestaciones desarrolladas principalmente entre octubre de 2019 y marzo de 2020, ocurrieron más de 400 casos de mutilación ocular.