Los líderes de Estados Unidos y China sostuvieron una larga reunión virtual el martes, con Joe Biden y Xi Jinping expresando su disposición para mejorar las tensas relaciones bilaterales y asegurarse de que la competencia no termine en un conflicto.
Biden, quien sonrió y saludó a Xi cuando apareció en la pantalla, dijo que la responsabilidad de los dos era garantizar que «la competencia entre nuestros países no se convierta en un conflicto, ya sea intencionado o no».
Debería haber una “competencia simple y directa” entre Washington y Beijing, agregó.
Xi también señaló la necesidad de «aumentar la comunicación y la cooperación» entre las dos naciones. Dijo que estaba listo para trabajar con Biden para «construir consenso, tomar medidas activas y hacer avanzar las relaciones entre China y Estados Unidos en una dirección positiva». Sin embargo, destacó que este proceso debe basarse en el respeto mutuo.
El líder chino llamó a Biden un «viejo amigo», ya que se conocen desde hace años, trabajando juntos cuando todavía eran vicepresidentes de sus países.
El comentario podría haber sido un guiño a Taiwán, una isla autónoma a unos 160 kilómetros al este de China continental, que Beijing considera su territorio separatista. Estados Unidos se ha comprometido con la política de ‘Una China’ desde 1979, y Biden se lo confirmó nuevamente a Xi durante las conversaciones, pero también ha mantenido vínculos no oficiales con Taipei, vendiéndole armas y advirtiendo que estaba listo para ayudar militarmente a la isla si Beijing recurre al uso de la fuerza. China se ha enojado con esos contactos, calificándolos de entrometerse en sus asuntos internos.
«Somos pacientes y estamos dispuestos a hacer todo lo posible para luchar por la perspectiva de una reunificación pacífica» con Taiwán, dijo Xi. Sin embargo, reiteró a su homólogo estadounidense que China tomaría «medidas decisivas» si las fuerzas «pro-independencia de Taiwán» cruzaran una «línea roja».
Los dos líderes habían «extendido la discusión» sobre Taiwán, y Biden le dijo directamente a su homólogo que el comportamiento de China había estado en desacuerdo con la estabilidad en el estrecho de Taiwán, dijo a Reuters un alto funcionario de la administración estadounidense. Sin embargo, reconoció que no se estableció nada nuevo en Taiwán en términos de barandas durante la reunión virtual.
La Casa Blanca dijo que el líder estadounidense también expresó su preocupación por los derechos humanos a Xi, especialmente señalando a Xinjiang, Tíbet y Hong Kong.
Xi señaló que la cooperación comercial y económica entre China y Estados Unidos era mutuamente beneficiosa y beneficiosa para ambos países, e insistió en que estos temas no deberían politizarse. Antes de las conversaciones, los funcionarios estadounidenses advirtieron que la reducción de los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos no estaba en la agenda de Biden.
El líder chino habló sobre la pandemia Covid-19, que Estados Unidos culpa a China, diciendo que la solidaridad y la cooperación eran «las armas más poderosas» contra el virus y pidiendo al mundo que se una contra la amenaza.
Los dos presidentes también se comprometieron a trabajar juntos en cuestiones de energía y clima durante las negociaciones, que la parte china describió como «francas, constructivas y fructíferas».
Fue la conversación más extensa entre los dos líderes desde que Biden asumió el cargo. Los dos aún no se han reunido cara a cara, ya que Xi se ha abstenido de salir de China durante la pandemia.