El gobierno de Estados Unidos y la compañía farmacéutica Moderna están envueltos en una amarga disputa sobre los derechos de patente del componente central de la vacuna COVID-19 de Moderna, informó The New York Times citando a funcionarios familiarizados con el asunto.
El Instituto Nacional de Salud (NIH) afirmó que tres científicos de su Centro de Investigación de Vacunas han cooperado con los expertos de Moderna para diseñar la secuencia genética, que impulsa a la vacuna a desarrollar una respuesta inmune al virus, dijo el informe el martes. La agencia requiere que sus nombres aparezcan en la solicitud de patente.
Moderna cuestionó esos argumentos e incluyó solo a sus propios especialistas como inventores del componente en la solicitud, que la compañía presentó ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos. La controversia puede retrasar seriamente la distribución de la vacuna a largo plazo y podría generar miles de millones de dólares en el futuro, agregó el informe.
Las dos partes estuvieron negociando sobre el tema durante más de un año, pero no llegaron a un acuerdo, señaló el periódico. Además, el NIH se sorprendió con la aplicación de Moderna, agregó. No está claro cuándo la oficina de patentes tomará su decisión, pero incluso existe la posibilidad de una resolución judicial si ambas partes no encuentran puntos de encuentro, y este caso judicial puede ser costoso, señaló el informe.
La batalla comenzó en medio de la frustración del gobierno de Estados Unidos por los limitados esfuerzos de Moderna para llevar su vacuna a los países más pobres, según el informe.