La corporación farmacéutica multinacional con sede en Estados Unidos durante los ensayos clínicos de su vacuna COVID-19, violó las normas científicas, incluida la falsificación de datos, los pacientes sin cegamiento y los efectos secundarios negativos encubiertos, declaró el miércoles la revista científica británica The BMJ.
«Un director regional que trabajaba en la organización de investigación Ventavia Research Group le dijo a The BMJ que la compañía falsificó datos, no cegó a los pacientes, empleó vacunadores capacitados de manera inadecuada y tardó en dar seguimiento a los eventos adversos informados en el ensayo fundamental de fase III de Pfizer». según la publicación.
El BMJ llevó a cabo esta investigación después de que Brook Jackson, el director regional del Grupo de Investigación de Ventavia, que ayudó a Pfizer a realizar los ensayos clínicos, se pusiera en contacto con la oficina editorial de la publicación. Jackson dijo que fue despedida en septiembre de 2020 después de denunciar repetidamente violaciones masivas de ensayos clínicos a la oficina central de la compañía.
La empleada despedida entregó a The BMJ docenas de documentos internos de la compañía, fotos, grabaciones de video y audio, lo que convenció a los editores de que sus declaraciones eran ciertas. Al verificar la información, la publicación británica recibió más evidencia que confirma que los ensayos de vacunas no cumplieron con los estándares declarados por Pfizer.
En particular, el jab no siempre se almacenó en las condiciones adecuadas, casi todo el personal médico de la empresa tuvo acceso a los datos sobre la identidad de los pacientes, lo que contradice las normas de las pruebas a ciegas. Además, Jackson y sus colegas a menudo detectaron errores en los datos recopilados y tampoco respondieron rápidamente a las quejas de los pacientes sobre efectos secundarios graves.
Según Jackson, estas inconsistencias hicieron que la junta ejecutiva de Pfizer se sintiera preocupada por las auditorías de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) y otras agencias reguladoras. Esto resultó en la falsificación de datos, además de que parte de la información fue encubierta. Como revelaron los empleados del Grupo de Investigación de Ventavia, la situación ha permanecido igual después del despido de Jackson, y Pfizer continúa utilizando los servicios de la compañía mientras realiza nuevas pruebas de vacunas.
Acerca del jab de Pfizer
Las vacunas, desarrolladas por Pfizer y Moderna, son nanopartículas grasas especiales que contienen un fragmento del ARN COVID-19. Pueden ingresar a las células humanas y hacer que produzcan grandes cantidades de fragmentos de la cubierta de la proteína del SARS-CoV-2, lo que conduce a una respuesta inmune.
Pfizer lanzó ensayos clínicos en abril de 2020. Las dos primeras fases se completaron a principios de otoño de 2020, mientras que la tercera comenzó en noviembre de 2020 y continúa hasta el día de hoy. Después de que la vacuna se volvió ampliamente utilizada, se han informado algunos efectos secundarios peligrosos previamente desconocidos, la mayoría de los cuales eran extremadamente raros.