El activista Luis García Villagrán ha denunciado la detención de algunos grupos que formaban parte de la caravana
Los integrantes de la caravana de la Marcha por la Paz, la Justicia y por la Libertad de los Migrantes continúa este miércoles su camino a la Ciudad de México con más de 4.000 integrantes que esperan llegar a Villa Comaltitlán donde piensan pasar la noche.
Esta jornada, la caravana partió de la localidad de Huixtla, estado de Chiapas, luego de pernoctar, recuperarse y sanar algunas heridas que pudieron aparecer sobre todo en los pies de los movilizados, como consecuencia del viaje.
El director del Centro de Dignificación Humana, Luis García Villagrán, informó a medios locales que durante el recorrido, el cual se inició el pasado sábado en Tapachula, región cercana a la frontera con Guatemala, ha aumentado el número de extranjeros, y los niños y las mujeres solamente, son más de 1.800.
García Villagrán advirtió que el tramo de Huixtla a Mapastepec, de aproximadamente 60 kilómetros puede ser riesgoso pues, además de la distancia y las altas temperaturas, “la estrategia militar del Instituto Nacional de Migración (INM) tratará de desintegrar la caravana”, subrayó.
Según dijo el activista por los derechos de los migrantes, cerca de 500 efectivos militares los esperan en Mapastepec para cercarlos y de igual forma denunció que el INM ha apresado a pequeños grupos durante el camino.
Por su parte, el INM informó que grupos gubernamentales pertenecientes a dicha institución, brindaron atención médica, asesoría y auxilio a las personas migrantes que viajan en la caravana, y resaltó que “se otorgarán tarjetas por razones humanitarias a mujeres embarazadas”.
Las personas que forman parte de la caravana exigen respuestas en torno a la posible normalización de su estatus migratorio, tanto como para cruzar la frontera mexicana y partir a Estados Unidos, como para quedarse en territorio de México