El lanzamiento por parte de China de su satélite Shijian 21 en órbita ha provocado temores en el ejército estadounidense de que Beijing acaba de presentar una nueva arma para aplastar satélites.
Los funcionarios chinos dicen que la misión es probar tecnologías que podrían ayudar a neutralizar los desechos espaciales. Sin embargo, Estados Unidos advierte que la tecnología es parte del plan de Beijing para lograr sistemas superiores de ataque espacial.
En 2016, Beijing lanzó su primer satélite oficial de «limpieza de escombros», Shijian 17. La nave fue designada oficialmente como un satélite de comunicaciones con la misión de observar los desechos espaciales.
El ejército estadounidense creía que estaba equipado con un brazo robótico que lo hacía capaz de atacar y derribar otros satélites y naves en órbita.
El jefe del Comando Espacial de Estados Unidos, el general James Dickinson, ha escrito al Congreso diciendo que los satélites shijianos de China «podrían usarse en el futuro para enfrentarse a otros satélites».
Los satélites se han vuelto cada vez más importantes para las operaciones militares modernas, así como para la vida diaria. Todos los sistemas de comunicación y localización cuentan con la ayuda de satélites o dependen de ellos. Tener la capacidad de anular los satélites de otro ejército es una gran ventaja táctica, ya que puede dejar ciega a una fuerza enemiga.