La impresión de las boletas y su presentación oficial por el Consejo Supremo Electoral (CSE) el pasado fin de semana ante representantes legales de los partidos y alianzas inscriptos en la lid, fue la campanada para el inicio de la recta final del proceso, iniciado el 4 de mayo con la aprobación por el Legislativo de las reformas a la Ley Electoral.
A estas alturas, mientras el CSE y sus dependencias departamentales y municipales alistan las maletas electorales para transportarlas a su destino final, solo resta que el 31 de octubre tomen posición del cargo las 13 mil 459 Juntas Receptoras de Votos, nombradas 17 días antes con el consenso de las organizaciones protagonistas del ejercicio democrático.
El l 3 de noviembre cerrará la atípica campaña, caracterizada por las limitaciones impuestas por la pandemia mundial, de la Covid-19, para dar paso a cuatro días de veda electoral.
En el perfil de las elecciones generales nicaragüenses se destaca la disposición, por ley, de la necesaria igualdad de género para la conformación de la estructura encargada de dirigir el proceso en todos los niveles.
Ejemplo de ello fue la integración del CSE, cuyas siete magistraturas en calidad de propietarias las ocupan cuatro mujeres, incluida la presidenta de ese poder, Brenda Rocha, y tres hombres.
Lo mismo sucede con las candidaturas para la fórmula presidencial y en las listas de aspirantes a diputados, tanto a la Asamblea Nacional (Legislativo) como al Parlamento Centroamericano.
Todas las encuestas realizadas a lo largo del año por la firma nicaragüense M&R Consultores le confieren al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) una intención del voto sobre el 70 por ciento de la muestra entrevistada.
Junto a la formación rojinegra, líder de la Alianza Unida Nicaragua Triunfa, que repite el binomio Daniel Ortega- Rosario Murillo, en las boletas aparecerán los emblemas y candidatos de otras seis organizaciones partidistas.
El Partido Liberal Constitucionalista, segunda fuerza más votada en los dos anteriores comicios apostó para la primera magistratura por el diputado Walter Espinoza.
Guillermo Osorno (Camino Cristiano), Alfredo Montiel (Alianza Liberal Nicaragüense), Gerson Gutiérrez Gasparín (Partido Alianza por la República) y Mauricio Orúe (Partido Liberal Independiente), completan las opciones presidenciables.
El partido Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka (Yatama), o Hijos de la Madre Tierra en lengua miskita, solo competirá en el segmento legislativo de los comicios, por tratarse de una organización regional en el ámbito de la Costa Caribe.
La cuestión de los observadores
Uno de los temas más socorridos ante coyunturas electorales en América Latina, sobre todo en países gobernados por la izquierda, es el de la observación del proceso que quieren imponer los principales centros occidentales de poder, más organismos internacionales como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA).
De cara a los anteriores comicios generales (6 de noviembre de 2016) desde el mes de junio de aquel año Nicaragua desechó ese tipo de monitoreo y optó por la presencia de expertos en el tema, invitados por el gobierno.
Pero a última hora la OEA aceptó una invitación para enviar una delegación ‘a reunirse con expertos y organismos estatales involucrados en el proceso electoral’, entre el 5 y el 7 de noviembre.
A mediados de octubre, en el marco de una visita oficial a Turquía, el canciller nicaragüense, Denis Moncada, reafirmó el criterio del ejecutivo del Frente Sandinista ante esa receta global.
‘La posición de nuestro gobierno es no invitar a la OEA después de su participación en un golpe de Estado en Bolivia. Nosotros no podemos invitar a alguien que ha participado en la promoción y ejecución de un golpe de Estado contra un país democrático como es el caso de Bolivia’, argumentó a la agencia de noticias Anadolu.
En la misma cuerda estuvo una reciente declaración del presidente del Movimiento Liberal Constitucionalista Independiente, diputado Wilfredo Navarro.
‘Nicaragua no debe invitar a la OEA como acompañante en las elecciones, ya que…apañó el fallido golpe del 2018 (en Nicaragua) y porque promovieron el golpe de estado en Bolivia (2019). No se le puede invitar porque ha sido promotora y ejecutora de golpes de estado en países democráticos’, expuso el político.
El partido de Navarro integra la Alianza Unida Nicaragua Triunfa, liderada por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El rol de las Fuerzas Armadas
En el contexto de la recta final del proceso hacia las urnas se destacaron las recientes declaraciones públicas del jefe del ejército, general Julio César Avilés, quien realizó un enérgico alegato a favor de la paz y el entendimiento nacional.
Al hablar acerca de la protección de los comicios, que por ley le corresponde a ese instituto armado, insistió en la necesidad de preservar el orden como condición indispensable para el desarrollo del país.
Aquí no va a haber desarrollo, avance y bienestar para todos los nicaragüenses en la medida que existan gentes que apuntan a escenarios de violencia, expuso en clara alusión a la derecha opositora protagonista del fallido intento de golpe de estado de abril-julio de 2018.
Avilés realizó un llamado al pueblo acerca de la necesidad de identificar lo más conveniente para la nación.
‘¿La inseguridad, la alteración del orden público o la seguridad, la tranquilidad, la estabilidad y la paz?’, se preguntó de forma categórica el general de cuatro estrellas.
El Ejército de Nicaragua involucrará a 15 mil efectivos, así como medios de transportes terrestres, aéreos y navales para trasladar el material electoral y a funcionarios y/o equipamiento demandados por el CSE en los lugares más apartados de la geografía nicaragüense.