Un grupo de solicitantes de asilo de un campo de refugiados en la frontera bielorrusa con Polonia ha sido filmado intentando destruir una valla fronteriza después de más de dos meses de estar atrapados en tierra de nadie entre las dos naciones.
Como informaron las autoridades polacas, los solicitantes de asilo cerca de la ciudad fronteriza de Usnarz Gorny intentaron romper por la fuerza la valla para ingresar al territorio de la UE.
«Los migrantes arrojaron piedras en dirección a los guardias fronterizos y los militares, y sus acciones fueron asistidas por los oficiales bielorrusos», afirmó la Guardia Fronteriza polaca.
Según los informes, quienes intentaron destruir la valla fueron sometidos a gases lacrimógenos.
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Polonia reveló que «16 inmigrantes ilegales que entraron por la fuerza en el territorio de Polonia fueron devueltos a la frontera con Bielorrusia».
A su vez, las autoridades bielorrusas señalaron con el dedo a Polonia, culpando a Varsovia por su mal trato a las personas atrapadas entre los dos países.
«Los refugiados de Afganistán, que han estado viviendo en la frontera del lado polaco durante más de dos meses, cansados de no tener perspectivas de recibir una respuesta a sus solicitudes de asilo en Polonia, han dado un paso de desesperación», dijo Minsk.
La difícil situación en la frontera UE-Bielorrusia comenzó después de que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, advirtiera que su país ya no haría ningún esfuerzo para detener la inmigración ilegal. Letonia, Lituania y Polonia han afirmado que el gobierno de Minsk ha traído personas del extranjero y las está trasladando a la frontera como una forma de guerra.
El número de migrantes ha crecido significativamente en los últimos meses. Ahora, los países de la UE que limitan con Bielorrusia están viendo que las solicitudes de asilo crecen en un orden de magnitud más alto que en años anteriores.
El trato que el bloque ha dado a los migrantes de Bielorrusia ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, incluida la ONG Amnistía Internacional con sede en Londres. El mes pasado, el grupo fustigó a Polonia en particular, acusándola de dejar varados ilegalmente a 32 migrantes afganos, dejándolos sin acceso a agua potable, refugio y medicinas.
«Polonia ha mantenido cruelmente a este grupo de personas en su frontera en condiciones horribles durante semanas», dijo Eve Geddie, directora de la Oficina de Instituciones Europeas de Amnistía Internacional.