El presidente venezolano, Nicolás Maduro, abogó hoy por una Comisión de la Verdad sobre la ocupación europea en América, para reconocer las luchas de los pueblos originarios y los crímenes del proceso de colonización.
En carta enviada al rey Felipe VI, de España, el mandatario manifestó la indignación del pueblo de su país en su condición multiétnica y pluricultural al ver cómo 529 años después aun se celebra ‘una de las más sangrientas conquistas’.
Una comisión dirigida por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), conformada por antropólogos, arqueólogos, defensores de los derechos humanos, juristas e intelectuales, permitirá conmensurar los hechos, aceptarlos, repararlos e incorporarlos a una misma historia compartida, indicó Maduro.
‘Es inaceptable que en pleno siglo XXI una nación que se precia de ser civilizada rinda culto a lo peor de su pasado: el latrocinio, el expolio, el racismo y los crímenes de odio, cometidos durante más de tres siglos de ocupación del imperio español en el territorio del Abya Yala’, subrayó el gobernante.
Maduro aseveró que la llegada y la presencia forzada de España en las tierras americanas representó el más terrible aniquilamiento físico y simbólico de pueblos enteros que recuerde la historia de la humanidad.
El presidente destacó que la intención de la misiva es hacer un llamado de alerta al pueblo español, una apelación a su conciencia histórica y a su razón política, frente al resurgimiento del supremacismo y del fascismo.
‘Con la aparición de partidos ultraderechistas hoy es cada vez más común en España los relatos que pretenden minimizar y falsificar los hechos ocurridos durante la llamada conquista de América en el siglo XV’, alertó el jefe de Estado.
Indicó que todavía se habla con ‘prepotencia del proyecto Civilizatorio hispánico’, el cual da por sentado la ausencia de idiomas, culturas y civilizaciones más allá de la hispanidad.
El mandatario enfatizó que la conquista constituye el más grande genocidio y etnocidio, porque despobló un continente en el que habitaban entre 70 y 90 millones de personas, con sus culturas, sistemas políticos, idiomas, ciencia, religiones e instituciones que el conquistador nunca estuvo en disposición de respetar.
‘Sólo la verdad, como aceptación histórica, sólo la memoria recuperada, sólo el reconocimiento de ese profundo crimen y también el reconocimiento de la lucha y la dignidad de los abuelos de los abuelos de nuestros abuelos, puede restablecer la real hermandad’, manifestó Maduro.