No se alcanzará un acuerdo de paz con Rusia sin resolver la disputa territorial, anunció el viernes el primer ministro japonés, Fumio Kishida.
«No habrá acuerdo de paz con Rusia sin resolver el tema territorial. Seguiré desarrollando todo el complejo de lazos entre Japón y Rusia, incluida la firma de un tratado de paz», señaló el primer ministro.
El día anterior, el primer ministro japonés mantuvo conversaciones telefónicas con el presidente ruso Vladimir Putin. Tras la conversación, hizo hincapié en que un tratado de paz entre los dos países sólo podría concluirse después de resolver el problema de la propiedad de la parte sur de las islas Kuriles. Según Kishida, la postura de Tokio sobre este tema se mantiene sin cambios. Como señaló el primer ministro, durante las conversaciones, las partes acordaron seguir negociando un tratado de paz basado en los acuerdos existentes, en particular, los alcanzados en 2el 018 en Singapur después de una reunión entre Putin y el entonces primer ministro Shinzo Abe. Mientras tanto, Kishida expresó su voluntad de entablar relaciones de confianza con el líder ruso y mantener reuniones personales con él.
Durante décadas, Moscú y Tokio han estado llevando a cabo consultas para elaborar un tratado de paz como resultado de la Segunda Guerra Mundial. La cuestión del sur de las islas Kuriles sigue siendo el principal punto de fricción. En 1945, todo el archipiélago fue entregado a la Unión Soviética. Tokio reclamó Iturup, Kunashir, Shikotan y un grupo de islas deshabitadas. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha declarado en repetidas ocasiones que la soberanía de Moscú sobre las islas está consagrada en el derecho internacional y no puede cuestionarse.
En noviembre del 2018, en una reunión en Singapur, Putin y Abe acordaron impulsar las negociaciones sobre un tratado de paz basado en la Declaración Conjunta Soviético-Japonesa de 1956, que puso fin a la guerra entre los dos países y restableció las relaciones diplomáticas. En esta declaración, la URSS expresó su disposición a entregar a Japón la isla de Shikotan y una serie de pequeñas islas deshabitadas de la Cadena Kuril Menor, siempre que su transferencia real se realice solo después de concluir un tratado de paz.
La declaración fue ratificada por los parlamentos de la URSS y Japón el 8 de diciembre de 1956. Como ha dicho en repetidas ocasiones la parte rusa, este documento indica claramente que la cuestión de la propiedad sólo puede considerarse después de llegar a un acuerdo de paz.