Cerca de 300 indígenas continúan hoy en el Parque Nacional de esta capital, donde se declararon en minga o protesta permanente hasta ser escuchados por las autoridades.
Aunque los funcionarios de la alcaldía capitalina le ofrecieron trasladarlos a un albergue en el parque La Florida, en el occidente de la ciudad, de forma transitoria, las comunidades ancestrales reunidas desde septiembre en ese espacio mantienen sus demandas.
Se trata de miembros de la comunidad Embera que llegaron a esta ciudad luego de ser desplazados de sus territorios en Chocó y Pereira.
En este parque pernoctan en carpas de plástico, y se alimentan y viven en condiciones deplorables.
La alcaldía asegura que ya los manifestantes recibieron ayuda económica, pero este jueves se llevará a cabo una reunión interinstitucional y de caracterización de la población para iniciar jornada de intervención y para escuchar sus solicitudes.
Los indígenas exigen que se mantengan las ayudas, sin límite temporal, condiciones dignas de vida como acceso a sistemas de salud y alimentación.
Además, piden que sean reconocidas las autoridades para establecer diálogos que permitan solucionar las demandas a la administración distrital.
Ante la propuesta de retornar a sus territorios, exigen garantías para ello pues la violencia en sus zonas de residencia les impide regresar.
Colombia es el hogar de 90 grupos indígenas, una de las diversidades étnicas más ricas en el mundo, sin embargo, desde hace siglos han sido víctimas de la violencia, el despojo de sus tierras, el racismo, la guerra y la estigmatización, causas del desplazamiento forzoso.