El 3 de octubre, las fuerzas de seguridad iraquíes frustraron un ataque terrorista suicida que supuestamente tenía como objetivo el cuartel general de la policía en la ciudad de Ramadi, a unos 110 kilómetros al oeste de la capital, Bagdad, en el último minuto.
En un comunicado, la Célula de Medios de Seguridad Iraquí dijo que las fuerzas de seguridad rodearon al atacante que conducía hacia su objetivo en un automóvil con trampa explosiva. Finalmente, se vio obligado a volar en un área aislada sin causar pérdidas humanas o materiales.
Fuentes iraquíes compartieron un video que muestra el momento en que el atacante voló su automóvil con trampa explosiva después de que las fuerzas de seguridad le dispararan.
El grupo terrorista ISIS se atribuyó la responsabilidad del ataque fallido en un comunicado emitido por su “agencia de noticias”, Amaq. El grupo terrorista identificó al atacante suicida como «Abu Jalad al-Iraqi» y afirmó falsamente que ocho policías resultaron muertos o heridos en el ataque.
El vasto desierto de Al-Anbar, que se encuentra al oeste de Ramadi, es un bastión infame del grupo extremista ISIS. Sin embargo, no está claro cómo el atacante suicida pudo infiltrarse en la ciudad.
El fracaso del ataque suicida en Ramadi fue un gran golpe para el ISIS, cuyas células invierten muchos recursos y tiempo en planear tales ataques terroristas. El primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhimi, presuntamente honrará a los oficiales que frustraron el ataque.
Durante las batallas que siguieron al surgimiento del ISIS en Irak y Siria en el 2014, el ejército y las fuerzas de seguridad iraquíes obtuvieron mucha experiencia en el manejo de serias amenazas a la seguridad, incluidos los ataques suicidas. Recientemente, los militares frustraron un intento de contrabando de media tonelada de explosivos desde Siria.