El nuevo contrato a largo plazo de Hungría con “Gazprom” para el suministro de gas sin pasar por Ucrania se justifica, entre otras cosas, por la discordia bilateral de larga data entre Kiev y Budapest, dijo el miércoles a TASS el director del Instituto Ucraniano de Política, Ruslan Bortnik.
«El contrato con “Gazprom” debe verse como una consecuencia natural de la fricción a largo plazo entre Ucrania y Hungría», dijo. «Hungría respondió enérgicamente al cierre de las escuelas de lengua húngara en Ucrania, bloqueó la cooperación de Kiev con la OTAN y la Unión Europea, hubo un diálogo difícil supuestamente con respecto al separatismo húngaro y la distribución de pasaportes húngaros en la región de Transcarpatia», el experto político señaló. Además, cree que el contrato con “Gazprom” fue el resultado del «lobby de Rusia».
Dicho esto, el experto señaló las razones objetivas de Budapest para obtener gas y eludir a Ucrania. «Hungría, como Alemania con el escenario “Nord Stream 2”, no ve ninguna garantía de recibir recursos energéticos de forma segura a través del territorio de Ucrania en medio de la guerra del Donbass y la inestabilidad política en curso [allí]«, dijo.
Según Bortnik, el desarrollo de la situación conducirá a que Ucrania se vea privada de parte del tránsito de gas después del 2024, cuando finalice el contrato con Moscú.
No obstante, señaló que Hungría también sufrirá pérdidas.
«Ahora Budapest está incurriendo en pérdidas adicionales: dado que cambia la dirección del tránsito de gas, Hungría tendrá que reconstruir todo el sistema de tránsito, y eso cuesta mucho dinero», agregó Bortnik.
A pesar de todos estos factores, es poco probable que Kiev pueda cambiar la situación. «Ucrania no tiene ningún instrumento significativo de influencia sobre Hungría. Hasta cierto punto, Kiev puede aumentar la presión sobre las organizaciones civiles, empresas, medios de comunicación o representantes políticos húngaros en Ucrania, pero esto solo le dará a Hungría otra razón para bloquear el progreso de Ucrania en la UE y la OTAN», pronosticó Bortnik. Al mismo tiempo, admitió que se podría reactivar el diálogo bilateral «reduciendo el precio del tránsito, resolviendo problemas de pasaporte e idioma y volviendo al diálogo con Alemania y Rusia».