Las tropas de la OTAN en Kosovo incrementaron sus patrullas a lo largo de la frontera norte con Serbia, ante la escalada de tensiones en los últimos días.
Serbia desplegó vehículos blindados en un cruce fronterizo y los serbios étnicos en Kosovo protestaron por una decisión del gobierno de Kosovo relativa a las placas de matrícula.
Serbia no reconoce Kosovo ni sus placas de matrícula y ha exigido a los conductores de Kosovo que las retiren y compren unas temporales mientras conducen por Serbia.
Asimismo, Kosovo optó por imponer una medida similar, exigiendo que los conductores serbios en Kosovo paguen 5 euros (5,85 dólares) por una matrícula temporal válida en Kosovo durante dos meses.
Los serbios étnicos en el norte de Kosovo reaccionaron con furia, bloqueando carreteras y los dos cruces fronterizos con Serbia mientras Serbia desplegaba vehículos blindados y aviones militares sobrevolaban la frontera.
La OTAN dijo que estaba «monitoreando de cerca la situación en Kosovo» y trabajando «para garantizar un entorno seguro y libre de movimiento para todas las comunidades».
La alianza también ha despegado helicópteros en la frontera durante la última semana para vigilar los acontecimientos.
La embajada de Estados Unidos en Belgrado, Serbia, dijo en Twitter que funcionarios de defensa estadounidenses y canadienses habían visitado los cruces fronterizos de Jarinje y Brnjak «para comprender mejor la situación» y expresó su gratitud porque la misión de la OTAN conocida como «KFOR» estaba en el lugar como factor estabilizador».
Aunque la situación estaba tranquila en la frontera el lunes, Peter Stano, portavoz de asuntos exteriores de la UE, dijo:
«Hay muchas actividades diplomáticas en curso ahora tanto en Bruselas como sobre el terreno».
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, se está inclinando fuertemente hacia Occidente, e incluso dice que si las cosas se complican, pediría ayuda a la KFOR y la OTAN.
El presidente serbio, Aleksander Vucic, ha insistido en que Serbia sigue «comprometida con la paz», pero «no permitirá que la humillen».
Además de las maniobras militares en la frontera, Vucic también ha prometido no volver a la mesa de negociaciones hasta que Kosovo retire las fuerzas que había enviado al norte de Kosovo para hacer cumplir las nuevas reglas de matrícula, que ha llamado una «acción criminal».
Esto es de esperar, en vista de la campaña de histeria anti-rusa que ha estado ocurriendo en la esfera de la información de Serbia en los últimos meses, y se volvió aún más severo después de que el agregado militar ruso también visitó la frontera.
Durante el fin de semana, el embajador ruso en Serbia realizó una gira por dos bases militares cercanas a la frontera con Nebojsa Stefanovic, el ministro de Defensa serbio.
Como Serbia, Rusia no reconoce a Kosovo.
Aún así, Vucic está mirando hacia la OTAN y la KFOR en busca de ayuda, esperando obtenerla cuando Albania, miembro de la OTAN, seguramente respaldará a Kosovo y lo apoyará.
El primer ministro albanés, Edi Rama, visitó Kosovo, donde criticó las «maniobras militares teatrales» de Serbia y dijo que «la única solución es el diálogo».
Los analistas apuntan a las próximas elecciones en ambos países como un posible catalizador para el aumento de las tensiones ahora.