El movimiento radical Talibán (prohibido en Rusia), que ha tomado el poder en Afganistán, planea reactivar la pena de muerte y la amputación de miembros en Afganistán.
«Cortar las manos es necesario para garantizar la seguridad», dijo uno de los fundadores del movimiento terrorista, Mullah Nuruddin Turabi.
Según él, esta medida «tiene un efecto disuasorio». Si las ejecuciones y los castigos con la amputación de miembros se llevarán a cabo públicamente, los talibanes aún no han decidido.
Nuruddin Turabi dirigirá el servicio penitenciario en el nuevo gobierno afgano.