La compañía polaca de petróleo y gas PGNiG, que desde hace mucho tiempo ha sido un mal simpatizante de los proyectos energéticos de Rusia, participará en el proceso de certificación del gasoducto “Nord Stream 2”. La empresa no oculta su determinación de hacer todo lo posible para retrasar o detener el lanzamiento del proyecto. Mientras tanto, los precios del gas en Europa se mantienen en un nivel récord de más de $900 por 1.000 metros cúbicos y las instalaciones de almacenamiento de gas están medio vacías, señala Rossiyskaya Gazeta.
A pesar de todos los problemas, Europa aún no ha dado ningún paso para encontrarse a mitad de camino con Moscú. La decisión de mantener el gasoducto “Nord Stream 2” a la mitad de su capacidad no ha sido revisada y los esfuerzos continúan promoviendo la idea de abandonar el uso de hidrocarburos. La crisis actual es una prueba de las tasas económicamente infundadas de desarrollo de la energía renovable, dijo el profesor asociado de la Universidad Financiera bajo el gobierno ruso Valery Andrianov. El desarrollo de la energía renovable en Europa solía implicar enormes subsidios gubernamentales, pero ahora muchos políticos y expertos afirman que la energía renovable se ha vuelto competitiva para las fuentes de energía tradicionales, por lo que las subvenciones gubernamentales ya no son necesarias. Sin embargo, de hecho, los altos costos de las energías alternativas se están trasladando a los clientes.
La participación de la empresa polaca en la certificación de “Nord Stream 2” no se convertirá en un obstáculo insuperable para el proyecto. Según Alexander Kurdin, experto del Centro de Análisis del Gobierno de Rusia, la empresa no tendrá la última palabra. Sin embargo, su participación significa que los reguladores pretenden prestar más atención a los argumentos de los oponentes del gasoducto ruso.
Si a PGNiG se le hubiera negado la participación, habría habido más litigios, aunque de todos modos habrá uno independientemente de la decisión que tomen los reguladores, pero una demanda adicional podría haberse considerado excesiva, señaló el subdirector del Fondo Nacional de Seguridad Energética, Alexei Grivach. El propio procedimiento no llevará más de cuatro meses, y se espera una decisión para el 8 de enero del 2022.