El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó hoy que su Gobierno nunca aceptó los créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ni sostiene relaciones económicas con ese organismo.
Entrevistado por la cadena internacional RT, Arce descrito su discrepancia con el FMI ‘porque no está de acuerdo con su manera de hacer la política económica’, según citó la agencia boliviana ABI.
‘Nosotros nunca aceptamos ningún préstamo del Fondo’, ratificó el mandatario y aceptado que lo hecho por el gobierno de facto (de Jeanine Áñez) fue ‘prestarse dinero’, fue un crédito, y ‘lo que nosotros recibimos fue una asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo, por lo cual nunca recibió un crédito ‘, enfatizó el presidente.
Arce expuso además que el Gobierno del Movimiento Al Socialismo nunca tuvo un programa financiero con el FMI, porque desde el 2006, año en que inició la gestión del ex presidente Evo Morales, se marcó una ‘línea clara’ con relación a ese organismo internacional.
El mandatario precisó que la gestión de facto, al tener un contrato de crédito con el FMI, ‘se estaba comprometiendo a devaluar la moneda’ boliviana, con lo cual el gobierno que él encabeza no estaba de acuerdo y procedió a suspender y devolver esos recursos, informó ABI.
Agregó que por esa razón, una vez que asumió la presidencia, Bolivia devolvió 351,5 millones de dólares al organismo, los cuales eran parte de ese crédito solicitado en abril del 2020 por Áñez.
‘Nosotros no tenemos ningún trato con ese organismo internacional porque no estamos de acuerdo con su manera de hacer la política económica y tenemos nuestro propio modelo económico que ha sido exitoso’, enfatizó Arce.
Resumió que la política económica en Bolivia, desde el 2006 hasta el 2019, antes del golpe de Estado, ha sido soberana, y ‘lo que genera créditos con el FMI son condicionalidades, con lo cual nosotros no estamos de acuerdo’, remarcó.
Como antecedente de este tema, en febrero de este año el Banco Central de Bolivia (BCB) anunció que devolvió al citado organismo un crédito por 346,7 millones de dólares gestionado en el gobierno de Áñez porque —de acuerdo con la administración de Arce— las condiciones establecidas ‘vulneraban’ la ‘soberanía e intereses económicos del país’.
Por otra parte, en agosto, el presidente del BCB, Edwin Rojas, informó que la junta de gobernadores del FMI decidió asignar para Bolivia 230,1 millones de DEG, equivalentes a 326,4 millones de dólares, de acuerdo con ABI.