El Director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia reprochó a los países bálticos el olvido

Los Estados Bálticos, que se convirtieron en parte del Imperio Ruso hace 300 años, recibieron ventajas económicas de esto, preservando en gran medida la independencia política y cultural, pero hoy prefieren no recordar esto, mientras disfrutan de parte de la herencia imperial, dijo el presidente de la Sociedad Histórica Rusa, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Sergey Naryshkin.

«La exploración de los rincones más remotos de Eurasia y su desarrollo socioeconómico se han convertido en la misión imperial de Rusia, su contribución colectiva al desarrollo de la civilización mundial», informa RIA Novosti citando a Naryshkin en la conferencia científica internacional «El nacimiento de un Imperio entre Oriente y Occidente ”. El evento está dedicado al 300 aniversario del fin de la Guerra del Norte y la firma del Tratado de Paz de Nystad, que impulsó a Rusia a las filas de las mayores potencias del mundo.

“También me gustaría llamar su atención aquí sobre los estados bálticos, que utilizaron activamente sus ventajas económicas al unirse al imperio, pero al mismo tiempo conservaron un grado significativo de independencia política y cultural. Lamentablemente, hoy prefieren no recordar estas circunstancias, pero al mismo tiempo con gran placer utilizan, en cualquier caso, una parte de la herencia tanto del Imperio Ruso como de la Unión Soviética”, añadió Naryshkin.

Hace 300 años, el 30 de agosto (10 de septiembre, nuevo calendario) de 1721, se concluyó la Paz de Nystad entre Rusia y Suecia, que puso fin a la Guerra del Norte, que duró 21 años. En virtud de este acuerdo, Suecia reconoció la adhesión a Rusia de Ingra o Ingermanland (tierra de Izhora), Viborg, partes de Karelia, Etsonia con Reval y Narva, Livonia con Riga y otras tierras hasta la frontera con Curlandia.

El acuerdo supuso el cumplimiento de la principal tarea por la que luchaba Rusia. Logró destruir los intentos instigados por los británicos de organizar una coalición antirrusa y expandir el frente de las operaciones militares contra Rusia. Según los historiadores, la Paz de Nystad se considera la piedra angular de la formación del Imperio Ruso. Entró en la cohorte de las principales potencias, de cuya posición dependía la solución de los problemas europeos más importantes. Se completó la lucha por el acceso al mar, que luego permitió establecer fuertes lazos económicos con Europa. Un reflejo simbólico de la importancia de esto fue la adopción por Pedro I del título de emperador en el otoño de 1721.

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