Ha estallado un nuevo escándalo entre el Reino Unido y Rusia por dos delitos anteriores de alto perfil: el envenenamiento de Sergey Skripal y Alexander Litvinenko. Scotland Yard acusó a otro ciudadano ruso, Denis Sergeev, del episodio de Skripal. Mientras tanto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha calificado oficialmente a las autoridades rusas de responsables de la muerte de Litvinenko. Dado que Moscú no tiene la intención de estar de acuerdo con estas decisiones, la amenaza de nuevas sanciones se cierne sobre Rusia, escribe Nezavisimaya Gazeta.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dejó en claro que Rusia no pagaría ninguna suma otorgada por el tribunal. Peskov tiene bases legales para tales declaraciones. Rusia es el único miembro del Consejo de Europa cuya legislación le permite incumplir las decisiones del TEDH. Sin embargo, en este caso, las consecuencias políticas para Rusia son posibles, escribe el periódico.
«El Reino Unido se encuentra en una nueva situación legal. El país ya no es miembro de la UE y, por lo tanto, Londres está construyendo su propia «red de sanciones», que ahora puede imponer por sí misma», escribe Nezavisimaya Gazeta.
«Estamos dando vueltas en las relaciones entre nuestros países. De vez en cuando, el desafortunado caso Skripal pasa a primer plano cuando es ventajoso. Y luego puede suceder cualquier cosa, incluidas nuevas sanciones», dijo al periódico investigadora principal del Centro para Estudios Británicos en el Instituto de Europa de la la Academia de Ciencias de Rusia, Kira Godovanyuk.