El tanque T-62, fabricado originalmente en la Unión Soviética de 1961 a 1975, seguirá siendo parte del ejército ruso, con una capacidad limitada, hasta 2030, según los informes.
Si bien el tanque fue rápidamente superado por tanques más sofisticados y económicos desarrollados para el ejército soviético, miles permanecen en servicio activo en los ejércitos de todo el mundo.
Es probable que el T-62 permanezca en servicio en el ejército ruso hasta 2030. Muchos han permanecido en almacenes en toda Rusia, con planes para actualizar y exportar su inventario restante. El tanque de la era de la Guerra Fría se ha desplegado predominantemente en todo el Medio Oriente durante la última década y ha sido utilizado por Etiopía en la Guerra Civil de Tigray.
El tanque T-62 fue diseñado originalmente por la Unión Soviética para reemplazar su tanque T-55, que quedó atrás del arsenal de los tanques occidentales y demostró ser incapaz de soportar suficientemente un cañón capaz de perforar su blindaje frontal.
El T-62 mantuvo un diseño similar al T-55, pero demostró ser lo suficientemente grande como para llevar armas perforantes más nuevas. La producción comenzó en 1961 en Kharkiv y se detuvo en 1973, con la producción de 20.000 unidades. La producción finalmente cesó en 1975 en la Unión Soviética.
El tanque apareció por primera vez en el conflicto fronterizo chino-soviético, con el Ejército Popular de Liberación inhabilitando y capturando uno de los tanques. Más tarde resultó que el T-62 capturado fue estudiado y utilizado para ayudar a diseñar el tanque Tipo 69 del PLA, que fue el primer tanque de batalla desarrollado de forma independiente por China.