Los talibanes (proscritos en Rusia) decidieron no realizar una ceremonia de la toma de posesión del nuevo gobierno el 11 de septiembre. Sin embargo, esta fecha fue precisamente el día en que los talibanes izaron su bandera en el palacio presidencial de Kabul. Anteriormente, los talibanes enviaron invitaciones para la toma de posesión a Turquía, China, Rusia, Irán, Pakistán y Qatar, países que participaron en el diálogo con el movimiento de una forma u otra, aunque ninguno de ellos accedió claramente a participar en la ceremonia. La semana pasada, Inamullah Samangani, miembro de la comisión cultural de los talibanes, dijo que la ceremonia fue cancelada. El embajador ruso en Kabul, Dmitry Zhirnov, también señaló que los talibanes tenían demasiado trabajo que hacer y que no tenían tiempo para la «fanfarria» o la toma de posesión.
Sin embargo, fue precisamente el 11 de septiembre, el vigésimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, cuando se izó la bandera de los talibanes sobre el palacio presidencial. El nuevo gobierno cuenta con 33 personas, casi todas de etnia pastunes (solo tres son tayikos y una uzbeka), y aun así cooperaron de una forma u otra con el movimiento en el pasado. Por lo tanto, a pesar de las fuertes promesas de los talibanes de que el gobierno entrante sería inclusivo, no incluye a miembros de la administración anterior ni a muchas minorías étnicas y religiosas.
Marvin Weinbaum, del Middle East Institute de Washington, dijo al periódico que en cuanto a las promesas de los talibanes de un régimen inclusivo, nunca eran serias, al menos si significaba compartir el poder con nadie más que los veteranos del movimiento. Lo que los talibanes quieren decir con inclusión es que no rechazarán ningún elemento de la sociedad afgana que quiera someterse a su nuevo orden político. Andrey Serenko, experto del Centro de Estudios Afganos Contemporáneos, señaló que varios grupos y facciones dentro del movimiento en sí no fueron incluidos en el nuevo gobierno.
«Además, los miembros del Talibán de Irán no entraron en el gobierno de Afganistán. Es por eso que la retórica de Irán se volvió muy dura últimamente. Por ejemplo, [el ex presidente de Irán Mahmoud] Ahmadinejad señaló que un gobierno no tan inclusivo era inadmisible y recientemente Teherán exigió una investigación sobre la participación de la fuerza aérea de Pakistán en la operación Panjshir. Y esto es solo el comienzo», explicó.
La promesa de involucrar a las mujeres en el gobierno tampoco se cumplió. Varias provincias del Afganistán realizaron protestas contra las violaciones de los derechos de la mujer.