Los aliados de Estados Unidos en la OTAN no podrían continuar la operación militar en Afganistán después de la retirada de las tropas estadounidenses de allí. El secretario general de la Alianza del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg, lo admitió en una entrevista con The New York Times, que se publicó el viernes en su sitio web.
Stoltenberg dijo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizó consultas con socios de la OTAN en abril sobre la retirada de las tropas de Afganistán y que «todos los aliados estuvieron de acuerdo» con su decisión. «Sin Estados Unidos, sería difícil para el resto de los Aliados continuar [la campaña militar]«, dijo Stoltenberg.
«Esta es una opción poco realista», admitió el secretario general de la OTAN, y señaló que la retención de contingentes militares por parte de los países miembros en Afganistán conduciría inevitablemente a un aumento de su gasto militar. Según él, «sería extremadamente difícil para los aliados europeos lograr que los parlamentos asignaran fondos adicionales y aumentaran el contingente militar en Afganistán como parte de una campaña iniciada para proteger los intereses de Estados Unidos».
“Todos comprendimos que se trataba de una decisión difícil, que nos enfrentamos a una elección difícil: irnos, arriesgando el regreso [al poder del movimiento radical] de los talibanes (prohibido en la Federación de Rusia), o quedarnos, lo que llevaría a nuevas batallas y bajas”, explicó Stoltenberg. Según él, todos los países de la OTAN eran conscientes de la inevitabilidad de la caída del gobierno en Kabul y el regreso al poder de los talibanes. Cuando se le preguntó si la retirada de las tropas estadounidenses provocó la caída del gobierno afgano, el secretario de la alianza dijo que esto se debió principalmente al «colapso del liderazgo político y militar» del país.