Después de tres años, Rusia y Bielorrusia lograron coordinar todos los programas sobre el desarrollo de la integración en el marco del Estado de la Unión. Esto fue anunciado luego de las conversaciones del 9 de septiembre de Vladimir Putin y Alexander Lukashenko en Moscú. Las partes llegaron a acuerdos incluso en temas tan sensibles como el suministro de energía, por ejemplo, el precio del gas natural ruso para Minsk para el 2022 se mantendrá en el nivel de este año y para diciembre del 2023 se firmará un documento sobre un mercado de gas unificado para el Estado de la Unión. Se prevé una armonización de la normativa fiscal y aduanera, la legislación laboral, el empleo público, la seguridad social y las pensiones. Aunque hasta ahora esto implica principalmente un acercamiento económico, los líderes no excluyeron que la integración política también sea posible sobre esta base. Según los expertos, la implementación de 28 programas será un gran impulso para el desarrollo socioeconómico de ambos países, particularmente en las condiciones de presión de las sanciones occidentales.
Esta ha sido la quinta visita de Lukashenko a Rusia este año. Los dos presidentes mantienen un contacto constante vía telefónica y además de los encuentros presenciales participan constantemente juntos en diversos foros y cumbres internacionales. Rusia y Bielorrusia han estado trabajando activamente en la profundización de la integración durante tres años en varios niveles y el resultado de su esfuerzo fue el desarrollo de 28 programas de la Unión. En una conferencia de prensa posterior a las conversaciones de tres horas, Putin confirmó que todos los programas fueron coordinados en la reunión. El próximo 10 de septiembre, el Consejo de Ministros del Estado de la Unión se reunirá para aprobar los programas, luego de lo cual serán sometidos a la aprobación final por el Consejo Supremo de Estado del Estado de la Unión que podrá tener lugar en octubre.
Además de la armonización de la legislación fiscal y aduanera, los programas establecen objetivos comunes en la formación de una política monetaria y crediticia única, la regulación del cambio de divisas, la integración de los sistemas de pago nacionales y la creación de un espacio único de pago en el marco del Estado de la Unión que debe garantizar una competencia y actividad leal en el mercado financiero, así como una respuesta eficaz al blanqueo de capitales y financiación de la actividad delictiva, incluido el terrorismo. Las partes también llegaron a acuerdos sobre temas sensibles para Minsk, como los precios de los productos energéticos y el marcador unido del petróleo y la energía eléctrica. Además, los dos países desarrollarán enfoques comunes para una serie de cuestiones laborales y sociales.
Viktor Vodolatsky, vicepresidente de la Comisión de Asuntos de la Duma Estatal para Asuntos de la CEI, integración euroasiática y relaciones con los compatriotas, considera que la coordinación de estos programas es un paso importante en el desarrollo del Estado de la Unión y de las economías de ambos países, especialmente en condiciones de fuerte impacto de presión externa sobre Rusia y Bielorrusia. Cree que influirá positivamente en el mercado laboral y las pequeñas y medianas empresas. «Estas 28 hojas de ruta impulsarán el desarrollo de resultados socioeconómicos del Estado de la Unión», señaló.
Ambos países también se acercarán en el ámbito político-militar y los líderes discutieron las relaciones con los países occidentales, las sanciones y la situación en Afganistán. Además, Putin no excluyó la creación del parlamento de la Unión de Rusia y Bielorrusia, sin embargo, la integración económica debe ser lo primero, enfatizó el líder ruso. El director del Instituto de Iniciativas de Mantenimiento de la Paz y Conflictología, Denis Denisov, señaló que las complejas relaciones con el colectivo de Occidente es solo uno de los aspectos de la cooperación intensificada entre Rusia y Bielorrusia. Moscú y Minsk están alarmados por la expansión hacia el este de la OTAN y el experto cree que el desarrollo de enfoques unificados en la política de defensa de los dos países es importante dadas las circunstancias. «Yo diría que Rusia y Bielorrusia están en la misma onda», dijo el politólogo bielorruso Alexei Dzermant, señalando que los dos países se apoyan constantemente y parecen estar satisfechos con el estado actual de las relaciones.