En la noche del 31 de agosto, una vieja mina terrestre explotó en el área bajo el control de los extremistas en el campo en parte de la ocupada provincia siria de Idlib. Como resultado de la explosión, murieron un hombre y un niño.
El incidente ocurrió cuando una familia de tres, un padre y dos hijos, recolectaban higos en las afueras del poblado de al-Bara en la zona de Jabal al-Zawiya. El hombre y uno de sus hijos murieron en el acto, el segundo niño resultó herido.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Londres, la muerte de 581 personas, incluidas 78 mujeres y 198 niños, por minas y explosiones de artefactos explosivos improvisados y el colapso de edificios residenciales agrietados en varias áreas del territorio sirio en Homs, Hama, Deir ez Zorr, Alepo y el sur de Siria se registraron desde principios de enero del 2019.
