El 1 de septiembre, una niña de seis años murió cuando el grupo terrorista Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), afiliado a al-Qaeda (HTS) y sus aliados, bombardearon el poblado de Jurin, controlada por el gobierno, en la campiña noroccidental de Hama.
La víctima, identificada como Cyrine Qusaibi, recibió heridas fatales en la cabeza. Al menos otros siete civiles, incluidos cuatro niños de entre tres y ocho años, resultaron heridos en el bombardeo.
Jurin fue uno de varios poblados controladas por el gobierno alrededor de la provincia de Idlib que fueron bombardeadas por HTS y sus aliados por la mañana. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Londres, los militantes dispararon más de 50 obuses y cohetes contra estos poblados.
En junio pasado, un ataque similar de HTS y sus aliados contra Jurin cobró la vida de una niña. En aquel entonces, el Ejército Árabe Sirio y las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (VKS) respondieron llevando a cabo intensos ataques en la provincia de Idlib. Murieron más de siete militantes.
El nuevo ataque mortal contra Jurin, que representa una flagrante violación del alto el fuego en la provincia de Idlib, probablemente no quedará impune.
Las Fuerzas Aeroespaciales Rusas han estado muy activas en la provincia de Idlib. Antes del ataque, una serie de ataques aéreos rusos arrasó con un campo de entrenamiento de HTS cerca del poblado de al-Hamamah en el campo occidental de Idlib.
Es probable que más ataques aéreos rusos golpeen a HTS y sus aliados en los próximos días, si no horas. El Ejército Árabe Sirio también puede tomar medidas sobre el terreno