Los representantes del servicio de inteligencia exterior británico MI-6 mantuvieron un diálogo secreto con el movimiento radical talibán (prohibido en la Federación de Rusia) para obtener garantías de que Afganistán no será utilizado para ataques terroristas en Occidente. Así lo informó el miércoles el diario Daily Telegraph.
Las conversaciones con los talibanes durante dos semanas, según el periódico, fueron realizadas por oficiales de inteligencia británicos destacados en la embajada británica en Kabul. Además, se llevaron a cabo contactos bilaterales en la capital de Qatar, Doha.
El MI-6 se negó a comentar sobre este tema.
Según una fuente informada, los servicios de seguridad temen que los talibanes permitan nuevamente que Afganistán sea utilizado como base para terroristas que planean ataques en Occidente.
«Esto es lo que más nos ha preocupado siempre. Esta es la línea roja para lidiar con ellos: cualquier signo de planificación de un ataque», dijo el periódico citandolo a él. Durante las negociaciones, los británicos intentaron convencer a los líderes talibanes de que la provisión de cualquier ayuda exterior estaría condicionada a que los talibanes rompieran los lazos con organizaciones terroristas.
Simon Gass, representante especial del primer ministro británico para Afganistán, prosiguió las conversaciones con los talibanes. Gass, quien también es el jefe del Comité Conjunto de Inteligencia del Reino Unido, llegó a Doha hace unos días y se reunió con miembros de alto rango del Talibán en Qatar, informa el Daily Telegraph.
Según un portavoz de Downing Street, el enviado especial del primer ministro «ha llegado a Doha y se está reuniendo con funcionarios talibanes de alto nivel para subrayar la importancia de una salida segura de Afganistán para los ciudadanos británicos y los afganos que han trabajado con nosotros durante los últimos veinte años».