Los casi 6.500 casos de falsos positivos serán el objeto del homenaje con un perfomance en varios países.
Botarte es el nombre del homenaje que organizaciones sociales colombianas a nivel nacional e internacional tienen previsto para este lunes como performance artístico en homenaje a las víctimas de los llamados falsos positivos, civiles asesinados que el ejército hacer pasar como combatientes muertos en combate.
La iniciativa es liderada por la Madres de Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (Mafapo) y el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) y busca sensibilizar al mundo enteró sobre las 6.402 víctimas que ha dejado hasta ahora el crimen perpetrado por el Estado colombiano.
De igual forma exigirán la verdad sobre los estos casos perpetrados por Fuerza Militares en todo el territorio colombiano entre 2002 y 2008, durante el gobierno del expresidente Alvaro Uribe Vélez, de acuerdo a las informaciones de la Justicia Especial para la Paz (JEP).
Ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, Buenos Aires, Ginebra, London, Milano, Montreal, , Nantes, New York, París, Quito, Roma, Santiago de Chile y Vancouver serán las sedes donde decenas de colombianos se unirán a la iniciativa para denunciar estos crímenes.
En Colombia las sedes serán las ciudades de Bogotá, Villavicencio-Meta, Buga, Popayán, Puerto Resistencia-Cali.
En Bogotá, las actividades se realizarán en la Plaza de Bolívar de Bogotá, donde 6.402 jóvenes de diferentes universidades de Colombia, representarán a los 6.402 colombianos asesinados por el Estado.
Según los organizadores, el fotógrafo colombiano Mauricio Vélez, captará desde el aire la fotografía de los 6.402 estudiantes cuya vestimenta se recreará con camuflados y botas pantaneras.
Las botas serán entregadas a varios artistas plásticos colombianos y extranjeros para que los intervengan artísticamente. Las botas serán subastadas para entregar los recursos a familias de víctimas de falsos positivos, entre ellos las madres de Soacha.
Las botas de caucho negro — o botas Macha o Venus, como se las conoce en Colombia — se volvieron un símbolo de uno de los capítulos más oscuros de la historia del país: los denominados falsos positivos.
Un falso positivo ocurre cuando un civil es asesinado por las fuerzas militares de un Estado, en este caso el colombiano, y pasa a ser presentado como una muerte “legítima” en combate.
También conocido como ejecuciones extrajudiciales, este crimen representa una violación flagrante del derecho internacional de los derechos humanos.