El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, calificó los intentos de retratar a Iosif Stalin como el principal «villano» de su época como un ataque al «pasado interno, a los resultados de la Segunda Guerra Mundial».
El ministro hizo tal declaración en la ciudad que solía llevar el nombre de Iosif Vissarionovich-Volgogrado (Stalingrado), donde participó en el traslado de 11 estandartes de unidades militares que participaron en la Batalla de Stalingrado en Mamayev Kurgan al museo del panorama «Batalla de Stalingrado”.
Según Lavrov, los ataques al pasado histórico de Rusia tienen como objetivo no solo reescribir la historia, sino también el debilitamiento político de la Federación de Rusia.
“(Ustedes mencionaron) a Iosif Stalin, que dirigía todos los procesos. Estoy absolutamente de acuerdo en que no se debe tocar la historia.
Por cierto, los ataques a Stalin como el villano principal, la acumulación de todo lo que hizo en el período anterior a la guerra, durante y después de la guerra, esto también es parte del mismo ataque a nuestro pasado, a los resultados de la Segunda Guerra Mundial», dijo Lavrov.
El 56% de los rusos considera a Stalin un gran líder, según una encuesta del Centro Levada (reconocido como agente extranjero), y desde el 2016 la proporción de ellos se ha duplicado.