Hoy, 16 de agosto, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia desclasificó documentos de interrogatorios del último comandante en jefe del Ejército de Kwantung, Otozo Yamada, quien anunció la preparación de Japón para el uso de armas bacteriológicas.
El corresponsal de RIA Novosti ya ha revisado los documentos. Japón inventó armas bacteriológicas gracias a los experimentos de los infames destacamentos 731 y 100, que experimentaron con prisioneros de guerra. El mecanismo de acción de la bomba japonesa consistió en una explosión a un nivel de 50-100 metros sobre el suelo y la propagación de pulgas de la peste sobre el asentamiento objetivo. Se suponía que estos insectos causarían un brote de peste entre la población local con su mayor propagación por el territorio de un país hostil.
La invención de tales armas de destrucción masiva y los experimentos inhumanos del Ejército de Kwantung obligaron a la URSS a declarar la guerra al Imperio japonés. Gracias al valor militar de los soldados soviéticos, toda Manchuria y la parte norte de Corea fueron liberados de las tropas japonesas en pocos meses. Los desarrolladores de la bomba bacteriológica (junto con los documentos) fueron capturados e interrogados en la Unión Soviética.