Según informes de los medios chinos, más de 30 funcionarios han sido llevados ante la justicia en diversos grados en China por deficiencias en la prevención de la propagación del COVID-19.
Algunos funcionarios a nivel de alcaldes adjuntos de algunas ciudades, jefes de distritos de la ciudad y comités de salud locales, instituciones médicas han perdido sus puestos, dicen los informes.
Las autoridades aún no han podido detener la propagación de la infección dentro del país.
El domingo, según el Comité Estatal de Salud de la República Popular de China, se detectaron 125 nuevas infecciones por coronavirus en China, de las cuales 94 se infectaron a nivel nacional: 41 en la provincia de Henan, 38 en la provincia de Jiangsu, 12 en la provincia de Hunan y 3 en la provincia de Hubei.
Inicialmente, en julio de este año comenzó un nuevo brote de propagación de la infección en la ciudad de Ruili, en la provincia sureña de Yunnan, en la frontera con Myanmar.
Luego, los infectados fueron identificados en la ciudad de Nanjing, en la provincia oriental de Jiangsu. Los portadores del virus eran trabajadores del aeropuerto de la ciudad, que se dedicaban a limpiar los aviones que realizaban vuelos internacionales.