Rusia y Estados Unidos continúan «guerras de embajadas» a pesar de los acuerdos de Ginebra

Las «guerras de embajadas» entre Rusia y Estados Unidos aún continúan a pesar de los acuerdos alcanzados en Ginebra en junio entre Vladimir Putin y Joe Biden sobre la necesidad de detener el enfrentamiento diplomático. En respuesta a las sanciones impuestas anteriormente, las autoridades rusas despojaron a la misión diplomática de Estados Unidos de su derecho a contratar rusos, lo que obligó a los estadounidenses a despedir a más de 180 personas antes del 1 de agosto. A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia se quejó de que las autoridades estadounidenses se comprometieron a expulsar a otro grupo de diplomáticos rusos antes del 3 de septiembre. Las misiones diplomáticas de ambos países están intercambiando acusaciones sobre la situación actual, escribe Kommersant.

Hasta ahora, Rusia y EE.UU. han logrado resolver un solo problema: el regreso de los embajadores a sus puestos. Sin embargo, una cuestión clave, la eliminación de las severas restricciones a las misiones diplomáticas, sigue sin resolverse. Además, la situación continúa deteriorándose. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia culpa a Estados Unidos por esto. Según la parte estadounidense, es Rusia la que complica las cosas.

El embajador ruso en EE.UU., Anatoly Antonov, recordó el martes que Moscú había ofrecido a EE.UU. cancelar las restricciones y devolver la situación a diciembre del 2016. El entonces presidente saliente de EE.UU., Barack Obama, expulsó a 35 diplomáticos rusos supuestamente en represalia por la interferencia de la inteligencia rusa y confiscó propiedades diplomáticas rusas en Estados Unidos. Desde entonces, se han producido varias rondas de expulsiones mutuas, cierres de misiones diplomáticas e incautaciones de bienes, lo que complica en gran medida la labor de las embajadas y la vida de los diplomáticos de ambos países.

Una fuente rusa dijo a Kommersant que Moscú espera una reciprocidad total de Washington en términos de emisión y extensión de visas. Esto significa que si los estadounidenses quieren reemplazar a los 180 empleados despedidos, deben emitir o extender la misma cantidad de visas para los rusos. Los estadounidenses insisten en que es Rusia quien obstaculiza su trabajo mientras se encuentra en una situación más ventajosa en términos de número de personal, por lo que Moscú debería dar el primer paso para romper este círculo vicioso. Tanto Washington como Moscú han calificado esta situación de absurda.

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