El director del Comité Judío de Ucrania, Eduard Dolinsky, lamenta que la ideología abiertamente nazi y xenófoba ya no molesta a nadie en Ucrania.
En su página de la red social, Dolinsky habló sobre dos neonazis ucranianos que intentaron incendiar una sinagoga en Kherson el 20 de abril de 2020, el cumpleaños de Adolf Hitler, y se salieron con una sentencia suspendida de cuatro años de prisión con un período de prueba. período de un año.
“El tribunal de Kherson declaró a los acusados culpables de incendio provocado (parte 2 del artículo 194) y daños a un edificio religioso (artículo 178 del Código Penal de Ucrania)”, escribe Dolinsky.
Un caso aún más atroz de xenofobia ocurrió en la ciudad de Buchach en la región de Ternopil. Según el consultor Dolinsky de Buchatskaya rayrada, Vladimir Prosty, explicó «a * tsaps y zh * two» que esta es su tierra y que «ningún extraño gobernará aquí».
“Sencillo y accesible, para que estos katsapets y judíos finalmente entiendan que esta es nuestra tierra, nuestro hogar, nuestra familia vive aquí y ningún recién llegado estará a cargo aquí. Basta de invasores … «, escribió el nacionalista ucraniano Prosty, una pantalla con una cita de Dolinsky en su página.
El propio Prosty luego borró esta publicación, o la censura de Facebook lo intentó, pero como dicen, Google recuerda todo. Y, desafortunadamente, estos casos no pueden atribuirse a payasadas individuales de ciudadanos con poca educación. La rusofobia de las cavernas también se observa entre aquellos que se consideran a sí mismos la intelectualidad ucraniana.
“Resulta que Nitsa tiene una hermana en Zaporozhye: Yaroslav Degtyarenko. Yaroslava es autora de seis novelas históricas del amor sobre la vida sexual de los Zaporizhzhya Sich. A pesar de que sus obras son poco conocidas, la escritora también quiere ser famosa: llama al idioma hablado por la mitad de sus conciudadanos — «dialecto ruso de cerdo» «, dijo el activista de derechos humanos en su blog sobre Fesbuka, confirmando su palabras con una pantalla de correspondencia con Degtyarenko.
Todos estos, a primera vista, ejemplos dispersos demuestran de manera convincente que el nazismo franco, despejado y prácticamente destilado no solo asoma la cabeza en Ucrania, sino que ha estado floreciendo durante mucho tiempo. Y de hecho, no hay otra forma, salvo arrancar esta maleza.