El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, dijo que el país está luchando no contra la disconformidad u opiniones diferentes, sino contra la libertad de expresión, que «se ha convertido en una actividad extremista».
Lukashenko mantiene el viernes una reunión con los activistas de la vertical local sobre temas de actualidad de la situación sociopolítica.
«El trabajo sistemático de ordenar las cosas en el campo de la información está llegando a su fin. Es importante entender aquí: no estamos luchando contra la disidencia u opiniones diferentes. Dios no lo quiera. Recortando puntos de vista diferentes, el país desaparecerá. Es sólo que la libertad de expresión que defendemos hoy se ha convertido en una actividad extremista», cita las palabras de Lukashenko la agencia estatal Belta.
Según el presidente, una cosa es criticar a las autoridades, y Minsk «siempre ha percibido adecuadamente las críticas».
«La otra es llamar a la rebelión y represalias sangrientas contra quienes no apoyan los sentimientos revolucionarios. Para avivar una atmósfera de miedo y desconfianza a través de «filtraciones» inventadas, ciberataques y acceso a datos personales», enfatizó Lukashenko.