El Departamento de Estado de Estados Unidos ha descrito las consultas de estabilidad estratégica ruso-estadounidenses, la primera reunión sobre control de armas después de la cumbre de Ginebra, como «profesionales y sustantivas». El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia calificó las conversaciones en la ciudad suiza de «serias y conscientes». La próxima ronda de estas consultas tendrá lugar a fines de septiembre y, hasta ese momento, las partes se mantendrán en contacto extraoficialmente, preparando temas para grupos de trabajo a nivel de expertos. Los politólogos interrogados por Izvestia creen que su creación podría indicar que estas consultas fueron exitosas, ya que este es el primer paso hacia un mecanismo de negociación permanente.
«Ellos [los grupos de trabajo] podrían concentrarse en resolver problemas en profundidad, sin eso no se puede lograr nada», dijo Nikolai Sokov, investigador líder del Centro de Viena para el Desarme y la No Proliferación (VCDNP). «Creo que ambas partes son conscientes de esto y se creará un mecanismo permanente. Cabe señalar que todas las conversaciones desde 1969 se han llevado a cabo en rondas durante varios meses. Sólo ese esfuerzo puede dar frutos».
Una cuestión importante es cómo evaluar el potencial de otras potencias nucleares. Mientras Estados Unidos insiste en que China se una, Rusia busca la participación del Reino Unido y Francia en las conversaciones sobre control de armas. Estados Unidos, a su vez, exige la reducción de ojivas nucleares tácticas, que tienen como objetivo atacar el frente interno del enemigo: Rusia tiene más de estos armamentos que Estados Unidos. Moscú está dispuesto a discutir este tema, pero con una condición. Una fuente diplomática de alto rango dijo a Izvestia que al principio Washington «debería retirar estos armamentos del territorio de cinco países europeos» (Estados miembros de la OTAN: Bélgica, Italia, Holanda, Turquía y Alemania).
Según Dmitry Stefanovich, investigador del Centro de Seguridad Internacional del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia, es probable que las partes lleguen a algunos acuerdos, incluidos los políticamente vinculantes, en los próximos dos años. En el 2026 expirará el New Start (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) y en el 2024, Rusia y los EE.UU. realizarán sus elecciones presidenciales. Las consultas por sí solas no serán suficientes para llegar a nuevos acuerdos, señaló el experto.
«Para esto, se necesitan conversaciones en toda regla con pautas particulares de altos funcionarios y parámetros de objetivos de futuros acuerdos (y mejor, tratados). Realizar consultas con demasiada frecuencia no ayudará; lo más probable es que se necesite un proceso rítmico, con pausas familiares para la coordinación interna interdepartamental», dijo.