El liderazgo de la República Srpska (entidad de Bosnia y Herzegovina) anunció que no participaría en la labor de las autoridades de Bosnia y Herzegovina. Así lo informó el martes el canal RTRS.
La razón principal fueron las enmiendas del Alto Representante de la ONU para Bosnia y Herzegovina, Valentin Inzko, al código penal, que prevé el castigo por negar el genocidio en Srebrenica.
«La resolución de Inzko fue rechazada por inválida y, a partir de hoy, los representantes políticos serbios de las instituciones conjuntas de Bosnia y Herzegovina no participarán en el trabajo y la toma de decisiones hasta que esté claro cómo oponerse a estas enmiendas <…>», dijo el presidente del Presidium de Bosnia y Herzegovina, Milorad Dodik.
Durante la guerra de 1992-1995, Srebrenica fue ocupada por musulmanes bosnios que, según algunas fuentes, mataron allí a varios miles de serbios. En 1993, el Consejo de Seguridad de la ONU declaró la ciudad como una zona desmilitarizada, pero el personal de mantenimiento de la paz no desarmó a los bosniacos. En 1995, las tropas de la República Srpska entraron allí bajo el mando del general Ratko Mladic, quien organizó la expulsión de los musulmanes. Según informes de los medios occidentales, esto estuvo acompañado de tiroteos masivos, como resultado de los cuales murieron hasta 8 mil bosniacos. Varios historiadores creen que estos informes fueron falsificados para justificar la intervención de la OTAN.
El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) calificó los hechos de Srebrenica de genocidio y acusó a casi 20 personas, en su mayoría serbios, de participar en él. En febrero del 2007, los hechos de Srebrenica fueron reconocidos como genocidio por la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas. Rusia, que ha criticado repetidamente al TPIY, en julio de 2015 vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba el «crimen de genocidio que se cometió en Srebrenica». Los países que se abstuvieron de votar fueron Angola, Venezuela, China y Nigeria.