El 26 de julio, el presidente estadounidense Joe Biden recibirá al primer ministro iraquí Mustafa al-Kadhimi.
Este es el último paso en semanas de “diálogo estratégico” sobre el futuro de las tropas estadounidenses en Irak, los ataques de grupos alineados con Irán y los temores de un resurgimiento del grupo terrorista ISIS.
En la parte superior de la agenda de al-Kadhimi, el ex director del Servicio de Inteligencia Nacional Iraquí que se convirtió en primer ministro en mayo del 2020, alcanzará un cronograma final para la retirada de las tropas de «combate» estadounidenses, una categoría que la administración Biden aún tiene que definir.
Un papel reducido para el ejército estadounidense ha sido una demanda creciente entre la resistencia alineada con Irán en el parlamento iraquí y de los influyentes grupos armados alineados con Irán que componen parcialmente las Fuerzas de Movilización Popular (UMP).
El 25 de julio, al-Kadhimi dijo a Associated Press «No hay necesidad de fuerzas de combate extranjeras en suelo iraquí».
«Lo que queremos de la presencia de Estados Unidos en Irak es apoyar a nuestras fuerzas en el entrenamiento y desarrollo de su eficiencia y capacidades, y en la cooperación en materia de seguridad», agregó.
“La guerra contra el ISIS y la preparación de nuestras fuerzas requiere un cronograma especial, y esto depende de las negociaciones que llevemos a cabo en Washington”, agregó.
“Irak tiene un conjunto de armas estadounidenses que necesitan mantenimiento y entrenamiento. Le pediremos a la parte estadounidense que continúe apoyando a nuestras fuerzas y desarrollando nuestras capacidades”, enfatizó al-Kadhimi.
La administración Biden no ha detallado públicamente cómo define a las tropas de combate en Irak y qué significaría el cambio de política en términos prácticos.
Actualmente hay alrededor de 2.500 soldados estadounidenses en Irak, que ya se desempeñan principalmente en funciones de entrenamiento, asesoramiento y apoyo. El Pentágono ha sostenido repetidamente que las tropas estadounidenses están en el país temporalmente por invitación de Irak
En declaraciones posteriores a una reunión en Washington el 23 de julio, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y su homólogo iraquí, Fuad Hussein, enfatizaron sus compromisos de continuar trabajando juntos contra el ISIS, mientras que Blinken señaló que “la asociación entre Estados Unidos e Irak es mucho más amplia y más profundo que incluso la lucha común contra el ISIS».
El ministro de Relaciones Exteriores iraquí, Hussein, marcó una larga lista de áreas de posible cooperación entre Estados Unidos e Irak que abarcan el comercio, la energía limpia, la atención médica y la pandemia del coronavirus.
Blinken, a su vez, anunció 155 millones de dólares adicionales en ayuda humanitaria a Irak, lo que eleva el total del año fiscal 2021 a más de 200 millones de dólares y el total desde el 2014 a 3000 millones de dólares.
No está claro exactamente cómo Washington y Bagdad están definiendo las tropas de combate y cuántas tropas se reasignarían realmente bajo el plan.
Los funcionarios estadounidenses y de la coalición han sostenido que las tropas estadounidenses ya no acompañan a las fuerzas iraquíes en misiones terrestres y que la asistencia de la coalición se limita a la recopilación y vigilancia de inteligencia y al despliegue de tecnologías militares avanzadas.