El acuerdo entre Estados Unidos y Alemania sobre “Nord Stream 2” no puso fin a la disputa sobre la seguridad energética de Europa. Los arquitectos del acuerdo, el presidente estadounidense Joe Biden y la canciller alemana Angela Merkel, fueron criticados por los opositores al proyecto tanto en casa como en todo el mundo, donde incluso sus aliados se opusieron al proyecto. Según Kommersant, el acuerdo sobre el nuevo gasoducto “se convertirá en un serio problema” en la política mundial durante mucho tiempo. Washington y Berlín enfrentan difíciles batallas diplomáticas, la principal de las cuales se desarrollará en torno a una extensión de diez años del contrato para el tránsito de gas ruso a través de Ucrania, que expira en el 2024.
Si bien Biden y Merkel solo permiten la posibilidad de imponer sanciones contra Rusia en caso de nuevas complicaciones en Ucrania, los oponentes del “Nord Stream 2” no quieren esperar y están decididos a actuar ahora. Las declaraciones de los cancilleres de Polonia y Ucrania hablan del inicio de una oposición conjunta a los acuerdos entre Washington y Berlín y exhortan a otros países a sumarse a la iniciativa. Según sus autores, es necesario encontrar una respuesta adecuada a la emergente crisis de seguridad en la región, «cuyo único beneficiario es Rusia».
A juzgar por las últimas declaraciones, las demandas de Kiev no se limitan a la cuestión de extender el contrato para el tránsito de gas ruso a través de Ucrania, que expira en el 2024, escribe Kommersant. En particular, el jefe de Naftogaz de Ucrania, Yury Vitrenko, dijo que en relación con el acuerdo del gasoducto, Ucrania debe unirse a la OTAN.
«Teniendo en cuenta la situación en torno a “Nord Stream 2”, donde los líderes de EE.UU. y Alemania ahora tienen que poner excusas, y Kiev parece ser la principal víctima, la parte ucraniana espera convertir el escándalo internacional en llamas en dividendos máximos, aumentando sus posiciones de demanda», según Kommersant.