Una de las tareas más controvertidas de la agenda de política exterior turca es promover su influencia entre los pueblos turcos de Asia Central.
En este enfrentamiento geopolítico chocan los intereses de varios países, durante los cuales Rusia, China e Irán entorpecen los intentos de Ankara de fortalecer sus posiciones en la región asiática.
Según Stefan Hedlund, profesor del Centro de Estudios Rusos y Euroasiáticos de la Universidad Sueca de Uppsala, el primer indicador de éxito en el camino hacia la implementación de la estrategia turca en Asia es la creciente cooperación entre Turquía y Azerbaiyán, expresada ambos en apoyo militar. de estos últimos en el conflicto con Armenia, y en el deseo de organizar un corredor transcaspio. Se espera que este corredor, que atraviesa un área en Armenia llamada Zangezur, conecte Azerbaiyán con Nakhichevan, un enclave que también abrirá el acceso a Turquía, liberándolo de la dependencia de Irán y desafiando a Rusia. Además, esto ejercerá presión sobre Armenia: el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, con el apoyo de Erdogan, dijo que si fuera necesario implementaría la tarea por la fuerza.
La necesidad de Turquía de cambiar el vector de Oriente Medio a Asia Central también viene dictada por la firma del Tratado de Abraham entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, como resultado de lo cual es posible el acercamiento de Israel con Arabia Saudita. Erdogan, el defensor de los intereses palestinos, se opone activamente a esto. La reciente visita del ministro de Defensa turco Hulusi Akar a Kirguistán y Tayikistán confirma que la cooperación de estos países en los campos de la industria de defensa y la lucha contra el terrorismo es relevante, especialmente en las condiciones en las que Turquía está tratando de seguir siendo el único Extraña OTAN en Afganistán, controlando la seguridad del aeropuerto de Kabul tras la retirada de las tropas estadounidenses.
Sin embargo, según los expertos, tal fortalecimiento de la posición turca se verá rápidamente obstaculizado por las actividades de la organización talibán prohibida en Rusia.
La asociación económica y comercial de Turquía también se está fortaleciendo con Uzbekistán y Kazajstán. Y aunque el volumen de negocios comercial de todos los países mencionados con Rusia y China excede la cooperación con Turquía en casi tres veces, la asociación técnico-militar aún puede tener un impacto muy tangible, por ejemplo, en los países de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva con Rusia su líder.
La mayor amenaza para Rusia es que, en caso de agravamiento, tendrá que actuar como actor directo en el conflicto. Y para los países del bloque occidental liderados por Gran Bretaña y Estados Unidos, la presencia de Turquía en la región asiática, en particular, como garante de la seguridad en Afganistán, es sumamente beneficiosa, ya que brinda la oportunidad de concretar sus intereses con el ayuda del liderazgo político turco, así como socavar las estrategias de política exterior de Moscú en cuestiones de estabilización de la región asiática.
Polina Bobko, especialmente para News Front