Asesora presidencial argentina pidió no considerar una amenaza la carta del gobierno sobre la vacuna «Sputnik V»

La carta de la asesora de la Presidenta de Argentina Cecilia Niccolini a la gerencia del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) respecto al suministro de la vacuna contra el coronavirus “Sputnik V” no debe ser percibida como una amenaza, las partes están en contacto constante. Así lo dijo la propia Niccolini el jueves al aire de Radio Con Vos.

El asesor presidencial instó a no darle demasiada importancia a la carta que se publicó anteriormente en el diario La Nación. «Esta [carta] no es una amenaza», dijo, y agregó que «están en contacto constante, casi diario» con la parte rusa. «Quiero enfatizar que las relaciones y la cooperación entre los dos países están ahora en un muy buen nivel, a pesar de las dificultades que ellos [Rusia] están enfrentando ahora [en los asuntos del suministro] no sólo a nosotros», dijo Niccolini también.

El jueves, el diario La Nación publicó la carta de Niccolini a la dirección del RDIF, enviada el 7 de julio. En él, la asesora del mandatario pidió el envío urgente de lotes del segundo componente del medicamento y advirtió que existía riesgo de rescisión del contrato por demoras en las entregas. TASS le pidió a RDIF un comentario.

Anteriormente, el secretario de prensa del presidente ruso Dmitry Peskov, al comentar sobre los informes de los medios argentinos sobre la escasez del segundo componente de la vacuna rusa en el país, dijo que las obligaciones de Moscú con los socios extranjeros de proporcionar la vacuna «Sputnik V» se cumplirían gradualmente ya que la prioridad de las autoridades rusas es vacunar a su propia población.

El «Sputnik V» es la primera vacuna contra el coronavirus que llega a Argentina. El 29 de diciembre, el país comenzó a vacunar a los trabajadores médicos con el medicamento ruso. Al 22 de julio, el país recibió 9.375.670 dosis del primer componente del «Sputnik V» y 2.493.160 dosis del segundo, según datos del gobierno. En junio, el laboratorio argentino Richmond inició la producción local del «Sputnik V» utilizando un ingrediente activo enviado desde Rusia.

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