La administración estadounidense ha decidido posponer la reapertura del consulado en Jerusalén hasta que el nuevo gobierno israelí apruebe el presupuesto. Así lo informó el miércoles el portal de información Axios citando a sus propias fuentes.
Cabe señalar que es probable que la aprobación del presupuesto por parte del nuevo gobierno israelí tenga lugar a principios de noviembre de este año. Según Axios, los funcionarios del nuevo gobierno israelí están satisfechos con el nivel de diálogo, coordinación y comprensión que han tenido hasta ahora con la administración de Joe Biden.
El 25 de mayo, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el anuncio sobre los planes para reabrir el consulado en Jerusalén, sobre los planes para contribuir con fondos para reconstruir Gaza es el siguiente paso natural, que todos estos son componentes del esfuerzo estadounidense destinado a reconstruir las relaciones con los palestinos. La restauración del trabajo del Consulado General se anunció anteriormente en Ramallah en una reunión con el presidente de Palestina, Mahmoud Abbas, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, durante su gira por el Medio Oriente.
El Consulado General de los Estados Unidos en Jerusalén ha sido históricamente una misión diplomática independiente. Básicamente desempeñó el papel de la embajada estadounidense en Palestina. El cónsul general en Jerusalén reportó directamente a la sede del Departamento de Estado.
Sin embargo, el 4 de marzo de 2019, Estados Unidos fusionó el consulado general en Jerusalén con su embajada en Israel, creando una «misión diplomática única». El estatus de Jerusalén es uno de los temas clave en el conflicto palestino-israelí. Los israelíes ocuparon la parte oriental de la ciudad durante la guerra de 1967. Insisten en que Jerusalén es la capital «única e indivisible» de Israel. Los palestinos quieren hacer de la parte oriental de la ciudad la capital de su estado.