El movimiento talibán (prohibido en la Federación de Rusia) mantiene estrechos vínculos con la red terrorista Al-Qaeda (prohibida en la Federación de Rusia), así como con los grupos terroristas Lashkar-e-Taiba y Jaysh-e-Mohammad (ambos prohibidos en la Federación de Rusia). Así lo anunció el miércoles el presidente afgano Ashraf Ghani. Según él, los talibanes pretenden convertir Afganistán en un refugio para los insurgentes.
“Los talibanes mantienen profundos vínculos con Al-Qaeda, Lashkar-e-Taiba y Jaysh-e-Mohammad”, citó el discurso del presidente en la sede del Cuerpo de Operaciones Especiales el canal de televisión afgano Tolo News. –“La guerra librada por los talibanes no tiene ningún fundamento religioso o nacional. Intentaremos cambiar el rumbo en los próximos tres a seis meses y desarrollar planes para cambios positivos”.
“Los talibanes quieren convertir Afganistán en un refugio para todo tipo de insurgentes”, dijo el presidente. “El gobierno nunca permitirá esto. Nuestro objetivo es proteger Afganistán y su libertad, logros de los últimos 20 años. Tenemos la voluntad de establecer una paz justa y duradera”.
Al Qaeda entrena a los talibanes
La agencia afgana Bakhtar, citando al alto mando del ejército afgano, informa que al-Qaeda está ayudando a los militantes talibanes a llevar a cabo ataques terroristas en el país, y abastece sus instructores. Esta cooperación se intensifica a medida que se intensifican los combates en Afganistán. Así, representantes de la milicia en la parte afgana del Pamir testifican que los combatientes extranjeros asociados con Al-Qaeda están ayudando a los talibanes enseñándoles explosivos, haciendo cinturones suicidas y entrenando terroristas suicidas. En las provincias de Baghlan, Takhar, Badakhshan y Kunduz, entre los militantes talibanes capturados, se identificaron mercenarios uzbecos, árabes, tayikos y paquistaníes.
A veces, los miembros de al-Qaeda lideran a mercenarios extranjeros. Por ejemplo, según fuentes de Bakhtar, el miembro de Al-Qaeda Furkan Kazak, de etnia uigur de China, comanda un destacamento de 200 militantes en la región de Jirm de la provincia afgana de Badakhshan.