Bajo ataque de DDOS son objeto los medios de comunicación e instituciones cubanas

Por oleadas se producen los intentos de denegación de servicios a los medios de comunicación e instituciones cubanas con presencia en Internet, como parte de la operación político-comunicacional que tiene su centro desde el pasado 5 de julio en Estados Unidos, que aunque no logró su propósito de provocar un masivo estallido social en Cuba, atizó manifestaciones en diversos puntos del país con múltiples escenas de violencia y vandalismo.

Los intentos por silenciar a los medios e instituciones cubanas han podido neutralizarse, pero responden al mismo guión de manual desestabilizador ya aplicado en otra partes del mundo, como la Venezuela Bolivariana durante del golpe de estado de abril de 2002, cuando buscó impedirse que el punto de vista de la Revolución fuera trasmitido.

Junto a la tentativa de amordazar la verdad de los acontecimientos que ocurren en el país, donde lo prevaleciente en las últimas jornadas es el regreso a la normalidad de la vida cotidiana y la reacción popular en defensa del proyecto de la Revolución, la unidad nacional y la paz social, la prensa transnacional sigue montada sobre el guión desestabilizador y manipulador y ahora intenta  pasar como una estrategia del Gobierno cubano la guerra de fakenews, utilizando como fuentes nada menos que operadores políticos cuya parcialización es harto conocida desde mucho antes de las manifestaciones de estos días.

Adicionalmente, las plataformas de redes sociales, desde las cuáles se estructuró la descomunal campaña de odio que azuzó la violencia, hacen misterioso mutis ante reclamos de las autoridades cubanas para que respondan por qué, en este caso, como en otras intentonas desestabilizadoras y de cambio de régimen, no han hecho cumplir sus reglas de funcionamiento o castigado a quienes las violentan.

Entre los emplazamientos sin responder se encuentran los realizados por el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parilla, quien retó a responsables de las plataformas a desmentir que ha habido ataques de bots y trolls y que estos  provienen de Estados Unidos (el sitio Cubadebate publicó las IP involucradas), que empresas de La Florida  han financiado la operación bajo la etiqueta #SOSCuba, además de que las cuentas que están diseminando las fakenews no están en Cuba.

La Red verdad, dedicada a desenmascarar este tipo de hechos, ha identificado los usuarios que aplican dichos bulos.

Se trata de la vieja táctica de culpar a la víctima del crimen, algo en lo que incurren incluso agencias internacionales. Reuters, por ejemplo, se hace eco de la especulación de que el Gobierno cubano es el promotor de las fakenews. Para ello acude nada menos que a un operador  político parcial y lleno de odio contra el Gobierno cubano radicado en México. Para corroborarlo le hubiera bastado a la agencia noticiosa revisar su muro de Facebook. Sin embargo, la misma agencia no se ha siquiera preocupado por exigir pruebas a las plataformas que si conocen el origen de las noticias falsas.

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