Occidente continúa sacando a relucir el tema trillado y absolutamente provocativo, al que generalmente se recurre cuando ya no tiene nada con que culpar a Rusia. Se trata de la supuesta «intromisión» en las elecciones estadounidenses del 2016.
Es posible que Gran Bretaña estuviera tan interesada en otras elecciones, e incluso con tal retraso, únicamente por un deseo de limpiar después de la provocación fallida en el Mar Negro. Sin embargo, resultó ser aún más ridículo.
Occidente utiliza la misma metodología con «documentos secretos» desconocidos que nadie ha visto, pero que se debe confiar en su palabra.
Esta vez «la “literatura barata” fue publicada por el periódico británico “The Guardian”, que escribió sobre la «operación secreta» del Kremlin.
Según ellos, a Putin se le presentó un informe del que se desprende que Trump le daría una ventaja a Moscú. La verdad, en qué y si lo recibieron, como de costumbre, guardan silencio. Probablemente en la destrucción de Estados Unidos, ya que los autores del material indican además que el ex presidente de Estados Unidos es una persona mentalmente inestable y notoria.
Supuestamente, mirando al «loco» Trump, todo el Kremlin ideó un plan de «intervención».
Y esto a pesar de que incluso los departamentos estadounidenses, después de gastar millones de dólares, admitieron que no se encontraron rastros de la «conspiración rusa».
Aparentemente, para Occidente, esto se ha convertido en una especie de tendencia: patear el tema después de sus fracasos. Al principio, Clinton intentó hacer esto para salvar su estancamiento electoral. Luego Biden para que la gente creyera en la ausencia de demencia senil. Ahora la palma ha pasado a Gran Bretaña.
Es cierto que cuanto más se transmite, más estúpidos parecen los autores de la «revelación». Me pregunto quién será el próximo.
Eva Lisovskaya