En los próximos meses, Rusia y las repúblicas de Asia Central realizarán una serie de ejercicios conjuntos en la frontera afgana. Rusia estará representada por unidades motorizadas de infantería y montaña, unidades móviles aéreas, escuadrones de propósitos especiales, aviación y artillería, así como fuerzas de defensa aérea. En las próximas maniobras, las tropas practicarán la eliminación de unidades armadas ilegales y la lucha contra los intentos de desestabilización en las repúblicas. Según los expertos, en las condiciones modernas, las tropas deberían estar listas para repeler una incursión de extremistas de Afganistán, escribe Izvestia.
«La amenaza en la región es muy apremiante ahora, ya que la situación en Afganistán se está saliendo de control», dijo al periódico el experto militar Vladislav Shurygin. A pesar de los contactos establecidos con los talibanes (grupo terrorista proscrito en Rusia), debemos preparar completamente las estructuras militares, incluida la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), para estar preparados para repeler cualquier amenaza en esta dirección. La serie de simulacros anunciados tiene como objetivo en practicar la cooperación entre las fuerzas armadas de los países de la OCS y todos los escenarios posibles. La idea es cambiar a un nuevo nivel de preparación para el combate, no uno en el que Afganistán esté bajo un control débil de los EE.UU., sino una situación en la que un volcán en ebullición de facto esté cercano.
Según Shurygin, una posible incursión de los talibanes en las repúblicas de Asia Central no es la principal amenaza.
«Las incursiones de esas unidades, que estarán huyendo de ellas, son más peligrosas», explicó el experto. «Pueden intentar sobrevivir en el territorio de las repúblicas de Asia Central o capturar apresuradamente algunas áreas y redesplegar sus bases permanentes allí. Necesitamos practicar maniobras por fuerzas y medios, y habilidades para redistribuir rápidamente grupos adicionales en la región».
El coronel Valeriy Yuryev, presidente del Consejo Central de la Unión de Paracaidistas de Rusia, cree que los próximos simulacros son ante todo una demostración de fuerza.
«Tienen como objetivo demostrar que tenemos capacidades suficientes. La segunda tarea es organizar la cooperación con Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán, si de hecho la situación en la región se deteriora críticamente», explicó. El experto señala que, aunque durante el primer año después de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán es poco probable que se produzca un ataque a las repúblicas de Asia Central desde el suelo de este país, los extremistas posteriores podrían intentar probar la fuerza de las fronteras.