El 11 de julio, un convoy que transportaba suministros y vehículos logísticos para la coalición liderada por Estados Unidos fue atacado en la provincia de Basora, en el sur de Irak.
El convoy de suministros fue atacado con un arma no identificada cuando pasaba cerca de la puerta de Jraischan. Según los informes, el convoy se dirigía a la base de al-Harir en Erbil, la capital de la región del Kurdistán, en el norte de Irak.
Según el canal Sabereen News en Telegram, un vehículo Cougar MRAP [Protegido contra emboscadas resistentes a las minas] del ejército estadounidense fue destruido en el ataque.
Saraya Awli’a al-Dam, un grupo pro iraní, se atribuyó la responsabilidad del ataque al convoy. El grupo también publicó imágenes del ataque.
Este fue el octavo convoy de suministros estadounidense en ser atacado esta semana. El 6 de julio, seis convoyes de suministros fueron atacados con artefactos explosivos improvisados en las provincias de Dhi Qar, al-Diwaniyah, al-Anbar y Basrah. El 10 de julio, un séptimo convoy fue alcanzado por un artefacto explosivo improvisado en al-Anbar.
Estos ataques están pensados como respuesta al asesinato de Abu Mahdi al-Muhandis, Subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak y Comandante de la Fuerza Al Quds de Irán, Qassim Soleimani.
Estados Unidos parece incapaz de detener estos ataques. Los intentos de disuadir a las facciones pro iraníes con ataques limitados fueron rechazados. Actualmente, la tasa de ataques a los convoyes y bases estadounidenses en Irak es mucho más alta que antes.