Al menos una explosión sacudió el campo de gas de Conoco en la provincia de Deir ez-Zor, que está ocupada por las fuerzas de las SDF respaldadas por Washington, y los informes iniciales sugieren que no hay víctimas entre las tropas estadounidenses estacionadas en el área.
Fuentes locales, citadas por la agencia de noticias estatal siria SANA, señalaron «movimientos inusuales de las fuerzas de ocupación» después de la explosión, pero los detalles fueron escasos ya que el área está controlada por las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias. Un funcionario de defensa estadounidense confirmó el ataque a Reuters, pero dijo que el fuego fue «indirecto» y aparentemente no causó víctimas ni daños.
Este es el último de una serie de ataques contra las fuerzas estadounidenses en Siria. El 28 de junio, una base estadounidense cerca del campo petrolífero de Omar en Deir Ez-Zor fue alcanzada por fuego de mortero, y durante la semana pasada, hubo varios informes de intentos de ataques con drones presuntamente frustrados por las SDF. Las fuerzas estadounidenses también están recibiendo críticas a través de la frontera en Irak, con más de una docena de cohetes impactando una base aérea iraquí que alberga a las fuerzas estadounidenses solo esta semana, hiriendo al menos a dos soldados estadounidenses.
Se estima que hay 900 o más tropas estadounidenses actualmente en Siria, tanto en el enclave sur de At Tanf como en el noreste, donde están «asegurando» los pozos de petróleo y ayudando a las SDF dominadas por los kurdos a operar un gobierno independiente de facto. Su presencia viola el derecho internacional y el gobierno de Damasco se opone a ella, pero Washington insiste en que están allí para luchar contra el grupo terrorista Estado Islámico (IS, anteriormente ISIS) como parte de una coalición internacional.
Estados Unidos mantiene su compromiso de mantener esta «presencia militar limitada» en el noreste de Siria, «con el único propósito» de derrotar al Estado Islámico y «estabilizar» las áreas liberadas, afirmó el mes pasado el subsecretario de Estado interino para Asuntos del Cercano Oriente, Joey Hood.